No, Utopía, prefiero quedarme aquí
Lejos de tus rayos cegadores
Me quedo con las risas clandestinas de biblioteca
Con las cafeterías de aire denso una tarde de invierno
En las nubes azules de la guitarra eléctrica
Y los viajes astrales de un cine casi vacío
Con los reencuentros en plena calle
Y los cruces de miradas que acaban en oleadas de adrenalina
Siempre, con quien me ha visto perder el equilibrio
Existiendo maravillosamente cada día
Me quedo con los absurdos que le han dado sentido
A esas situaciones que no sabemos por dónde salvar con la razón
Con quien llegó en el momento justo para que no me ahogara en el agua estancada
Fueron unas sabias manos que me apartaron del hipnotismo de los oasis.
Con el escudo que paró las puñaladas del desengaño
Recuerdo bien la pasión efímera de tu olvido,
Ese cálido no pensar por un momento
Un vacío de esas palabras, dulces mentiras
Que se derraman de los labios
Se extienden por las páginas
Y crean mundos invisibles
Que esperando atravesarlos algún día
Dejan el corazón en los huesos
Pero sabía, Utopía, que iba a encontrar parte de ti en este mundo
Un reflejo real de ese idealismo
Tú te quedas en el mundo de las Ideas
Yo vuelvo al imperfecto paraíso terrenal
Ahora, cerca de un inmenso mar en calma.
II. A la orilla
Bucearé en las profundidades de este mar,
ejor el agua oscura y espesa
que el mercado de serpientes encantadoras.
Gracias a esos pequeños héroes
por sacarme del acantilado,
pero el mar moviéndose en susurros
con sus mil matices azules
me sedujo.
Ahí abajo me encuentro se nada libre
porque ya he saltado
y lo volveré a hacer
sin perderos de vista, lo prometo
porque no, nada me volverá a tragar como lo hizo el Sol
pero, ¿no ves como refleja sus rayos?
Y por fin, en el agua, los puedo tocar
porque escucho su melodía
y la comprendo.

III. Confesiones a la estrella solitaria
¿Sabes? La primera vez que te vi tuve la sensación de que ya te conocía.
Pero la intuición se equivoca, supongo.
Te quiero por el sonido de tu silencio
Por la energía de tu existir.
No sé si eres tú. Si sólo lo serás por un tiempo.
Si volarás más rápido y más lejos que yo.
Pero precisamente por no saberlo, seguiré adelante.
Estrella porque brillas tenue y pequeño, lento pero rítmico.
Tan indefenso y fuerte al mismo tiempo.
Solitario y escurridizo, inquieto pero inmóvil.
Del primer mar en el que me zambullí, la grandeza de tu universo misterioso…
Y dentro de esas aguas desconocidas y cálidas, encontré esa estrella de tu alma en lo profundo, a medio enterrar entre caparazones y arena.
IV. Shadowman
The man who cast no shadow reapeared touching my shoulder and crashing his dark look with my amnesia.
Deja vu. He cast no shadow because he is a shadow, sliding through the world without leave a signal.
I know that he dug in my eyes and found the questions what nobody can find in theirselves.
These questions that wander tireless.
V. Antisocial
Eres la versión más excéntrica de héroe.
Te necesitaba en ese momento porque necesitaba sentirme a gusto con mi melancolía. Sacarla para que dejara de doler, que se proyectara en otro ser humano, como si lo estuviera sacando conmigo misma.
Tu presencia es lo más parecido a la soledad, a lo inquietante de no conocerte del todo a ti mismo.
¿Y sabes por qué veía el reflejo del Sol en ti? Por que con él podía ser melancolía al principio también.
Ya no puedo. Por que, precisamente, lo que él necesita de mi ahora es que le cure la suya.
Yo absorví su luz cuando no sabía brillar aún, y ahora que él se ha ido apagando, me pide que le recuerde la fuerza que me deslumbró, por la que me mantuve a su lado, por la que me mantendría a su lado cuando cayera al suelo...
Pero primero tuve que levantarme yo de mi caída estrepitosa al vacío, al nihilismo absoluto de no saber en qué creer. Gracias por cerrar las costuras, cuando la herida cerró, yo misma pude quitarme los puntos.
Pero, por los viejos tiempos, cuando quieras bailamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario