jueves, 6 de enero de 2011

Sobre cargarse los misterios


I. De tierra y agua
El paseo me pilla otra vez pensando en esa nubulosa... "Tú".
Ese tú que no existió nunca, que me hizo un Platón inconsciente de serlo, queriendo tocar una idea.
Pensando(te) en forma de tromba de agua
marcando el cauce
por donde va corriendo el río
más largo cada segundo
más parecido a lo que llaman
vida.
Qué irónico
cuando tienes la sensación de que te haces tierra árida
de que algo se ha secado dentro
aparecen personas en forma de agua
y llenan los huecos entre piedra y piedra
entre hueso y hueso.
Aquí ya siento trocitos de manantial
de océano
de otros ríos a los que considero hermanos
ambiguo Sol
frías estrellas
aves de paso
lava volcánica
y demás genialidades de la naturaleza.
Y después de este recuento,
sé que el "yo" de este momento
no tiene miedo a morir
porque esta viviendo intensamente
su momento.
No será tan idiota como los anteriores,
no se enamorará con el mayor peligro:
la ignorancia.
Prefiere sorbos de certeza
a otra borrachera de falsas expectativas.
Queda ser tierra y agua al mismo tiempo
algo así como barro
fusionarse con algo más.

II. El peso formidable de un poco de locura
Ven y tira los muros más altos
destruye esa azotea
que construí para que no me ahogara la marea
Abre una ventana
para que salga toda esta saturación.
Llega sin mangas y sin ases
tan solo llega.
Sin máscaras, ni juegos, ni planes
siéntate y mira el resto del mundo moverse.
Nada más que un alma buscando su reflejo
un punto en el que no perder el equilibrio
a través del puente
que le llevará a ser quien es.
Compartir la nostalgia por lo que vendrá
sabiendo que todo lo anterior te llevó a este momento.

Abstracción (extracción) de ti, ser sin rostro
ni forma.
Otra vez, esa sensación de estupidez
de echar de menos lo que nunca se ha tenido.
De lo que has hecho infinitos ensayos
pensando cómo sería:
lo más perfecto posible.
Lo mejor es que llega. Y piensas que ya lo has vivido.
Son todas esas vidas posibles con las que se hace el arte.
Se puede hacer de la vida arte
retorciendo los dedos entre una melena.
Es ese tiempo en que se duda
si has estado viviendo o soñando.


III. La racionalidad se evapora
cuando hay un abrazo
que salva del vértigo
del vacío que hay
entre la piel y el mundo.
De todas las personas que eres al mismo tiempo
con que una de ellas no pise suelo firme
las demás la dejan balancearse
en los trapecios que le alcancen.
Su salvación es fabricar sus propias alas
dejar el ibuprofeno
(6 horas sin dolor y vuelta a la realidad).

Me solté de mi debilidad consentida
que avisaba en clave
de ser demasiado pequeña
como para amarla como a un astro
como a la misma vida,
y se fue a lo lejos para mirarla en su totalidad.
Tan indefensa, sólo reclamó un rincón
tranquilo y seguro
un palco de primera
donde no ser una débil debilidad
donde no ser una contradicción.
Por ahora, aún de trapecio en trapecio
ensayo el salto para alzar el vuelo
sólo falta ver al ave cantora
darle nombre e historia
porque sólo sé que está cerca
y vuela como en los sueños.


IV. Nostalgia
La peonza gira y remueve las noches, los cimientos, rasga telones...
hasta que cae derrotada
y se ve en el mismo punto
con la cara pegada al frío suelo.
Nostalgia por su utopía
porque la despegaba de este mundo incontrolable
que a veces se ama y otras se aborrece.
Nostalgia por su realidad onírica
con ensayos infinitos, sin juicio final.
Sólo con el aire que respira se permite ser melancolía,
al que le confía su sin sentido:
amar lo abstracto.
Tiene un niño que no para de jugar al despiste:
el rumor de los silencios,
que vive de las dudas y del tiempo.
Cambia de cara y de cuerpo
pero se delata
cada vez que calla,
y suena tanto a escarcha....

V. Por ir buscando siempre

Cegaos.
La oscuridad es tan cómoda,
da tanto vértigo la claridad
que andar ciego es la más fácil cordura.
Destierro a los dioses de la belleza
porque sólo son el frío mármol
porque mienten con discursos al por mayor.
Jamás tuve armas, sólo escudos.
Olvidé que la Utopía
sólo ama lo invisible.
Olvidé que la Intuición
es la más lúcida de las ciegas,
y que la Verdad siempre espera
detrás del telón
a que sepa volar hasta el palco
donde mejor sepa apreciar su
terrible belleza.
Prometo no olvidar lo esencial
y seguir siempre buscando.



VI. No eres una persona
Eres una metáfora
eres un pájaro, una época, un estilo.
¿Debería llamarte Charles o Arthur?
Eres una fisura en el telón del mundo
la tinta de estos ríos de palabras.
Eres un cálido no-pensar,
un vacío de palabras, dulces mentiras
que se deraman de los labios
y crean mundos invisibles
que esperando atravesarlos algún día
dejan el corazón en los huesos.
No eres una persona
Eres el fantasma que tira pedestales
eres una idea, un oasis, un espejo
¿Vas andando o bailando con el aire?
Eres lo que no se deja de buscar
ni se para de encontar.
La más torpe causalidad
se cuela en el alma
y mata la perfección por sobredosis de realidad.
Corta las cadenas y arranca todas las máscaras
deja en ruinas toda mentira
deja el silencio que sigue a una batalla ganada
deja unos planos en blanco
y un lápiz en la mano.

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