lunes, 24 de enero de 2011

Desenfocarse

El Sol se nos descolgó enlazando un tema con otro, una cerveza con otra, sentados en las escaleras.
Eso era exactamente lo que siempre había imaginado como el paraíso perdido.
¿Perdido o nunca encontrado? La intuición desea mucho antes que nosotros mismos, la seguimos hipnóticamente, se nos escapa por la piel y tira de los huesos; mientras racionalmente empezamos a fabricar motivos convincentes para no parecer estúpidos al dejarnos llevar por esa fuerza ciega (más certera que nuestras construcciones gramaticales de papel, además).
En ese momento, me di cuenta de todo lo que ya no echaba en falta. Recordé el domingo anterior.
Domingo superado sin droga teléfonica contra la nostalgia. Me puse, después de dos años, la camiseta de la fotografía, con la extraña sensación de haber profanado una tumba.
Ya entretengo la inquietud con recursos propios, mi sombra y la voz de mis pensamientos me acompañan, conviviendo con la espesura del tiempo y la suma de los días.
Es cierto, el tiempo nos atraviesa como a los fantasmas que somos dentro de su infinitud. Sin arrancarnos las sucesivas pieles, la pesadez del propio cuerpo no nos dejaría avanzar.
El peligro de deshacerse por dentro es descubrir un día a un desconocido en el espejo, con los mismos rasgos, pero el Yo se desprende por la mirada y la expresión, saludando y advirtiendo que hace mucho que no me fijo en mi propio reflejo.
"Y que una copia, fría y mimética en un cristal tenga que decirme quién soy ahora..."
La premonición de una última despedida, resumida en un latigazo en el estómago de un segundo, se reafirma después de un mes de silencio.
Un silencio que me habla de cómo los hilos que nos conectaban se han ido desgastando con la erosión del tiempo y la dejadez.
Los planes de futuro, las utopías posbiles, se desmoronan con algo tan simple como que el tiempo nos arrastra a todos por igual. Que no es sólo esperar a que lleguen las circunstancias sino contar con que las personas bailamos con ellas.
Por ser humana y no una idea estática, estoy ahora sonriendo con sarcasmo por haber sido sincera y recibir una huida por omisión.
Un ejemplo más de divagar para evadir la cobardía y la parálisis.
Definitivamente, la Humanidad seguirá moviéndose en círculos eternamente hasta el mareo mental y el vómito existencial.
Y, como siempre, ahí se quedan los restos de la fiesta de anoche por recoger, ahí queda el inventario de pruebas de haber vivido lo que la resaca de ilusiones no te deja recordar.

domingo, 16 de enero de 2011

Médicos del alma

El ser humano: cuerpo, mente, espíritu.
Sus formas de existencia: actuar, pensar, sentir.
Una mente que funciona a nivel consciente, preconsciente e inconsciente;
y en tres facetas: Ello, Yo y Superyo.
La mente se relaciona con el exterior en tres dimensiones: simbólica, imaginaria y real.
Esto me hace ver al ser humano como un cristal tallado con decenas de caras, que va girando a lo largo del tiempo, mostrando distintas combinaciones de reflejos de una misma luz. Una luz que surje de lo más profundo de su ser y se mezcla con la del Sol.
Del profundo lago que es la mente, en la superficie flotan sus acciones, las únicas que se dejan ver.
Son el fenómeno, el tapiz que cubre la gran galería, la dura piel que proteje la sustancia intocable, sólo percibible.
La superficie, la cara iluminada del cristal, es fascinante, bella y palpable, pero al comenzar a intuir lo que hay tras ella, ¿cómo quedarse ahí?
Entonces, se empieza a hundir la mano en el agua, a cierta profundidad, donde alcanza un poco de tiempo e ingenio, ahí están las tuercas del pensamiento. Desde ahí lanza sus luces todo lo cognitivo, toda razón e interpretación. Toda analogía con el ordenador como imitación de las funciones del cerebro, todo resultado del circuito complejo que implica relacionarse con el mundo; está ahí, cerca de la superficie, a mano para ser lo más eficiente posible. Cierto, pero no hay duda de que no somos ordenadores.
Hay algo más en lo profundo del lago, algo sumido en la oscuridad, donde a uno mismo le cuesta llegar, pues mucho hay que bucear y aguantar la respiración hasta llegar, y cierta lucidez hace falta para ver algo de él, justo donde la razón se queda tan arriba.
Lanza atrayentes señales en forma de sueños, lapsus, gritos que quieren llegar a la superficie.
La belleza de sus penumbras es tan inexplicable que su único canal es el arte.
Es dolorosa, pues siempre se llega a ella sin aliento.
Es fría, pues sólo se piede llegar a ella en soledad.
Está poblada de los antiguos tesoros que nos llevamos del recuerdo, de los barcos que naufragaron, de las piezas que rompimos (o nos rompieron).
Por supuesto que un modelo animal no a representar una sola imagen de ella.
Por supuesto que un test no va a sacar de allí una sola mota de polvo.
Arte, arte del más humanamente primitivo, es lo común a toda persona para sacar algo de su alma: el lenguaje.
Utilicemos terapia conductual cuando sólo haya un problema de conducta.
Utilicemos técnicas cognitivas cuando se distorsionen los pensamientos.
Utilicemos la medicina cuando el cerebro, como estructura, falle.
Pero cuando algo se desgarra en las entrañas, cuando el alma duele; dejémosla expresarse, hacer arte con sus palabras, sus gritos, su pintura o su música, su teatro, su vuelo lejos de esta realidad.
Nosotros, médicos del alma, debemos saber lo suficiente de la naturaleza humana, como para despegarnos de nuestra voluntad inquieta y caprichosa por unos momentos, en los que nos sentamos a observar, a ser lo que observamos: otros lagos, otros prismas, semejantes a los nuestros, con matices infinitamente distintos; y sacar lo más valioso a la luz, donde esté a la vista, donde deje de doler, donde se puede manejar y aprender de todo aquello que tenemos dentro. Todo potencial de existir está enterrado, esperando su turno para dejarse brillar.
La red de la consciencia
"Lo inconsciente colectivo es todo menos un sistema aislado y personal. Es objetividad, ancha como el mundo y abierta al mundo. Yo soy el objeto de todos los sujetos, en perfecta inversión de mi consciencia habitual, donde soy siempre sujeto que tiene objetos. Allí estoy en la más inmediata e íntima unión con el mundo, unido hasta tal punto que olvido demasiado fácilmente quien soy en realidad. «Perdido en sí mismo» es una frase adecuada para designar ese estado. Pero ese «mismo» es el mundo, o un mundo cuando puede verlo una consciencia. Por eso hay que saber quién se es." C. G. Jung

Volvemos a las palabras, los símbolos y los espejos para buscar la esencia de cada persona.
La expresividad es el movimiento de la esencia dentro del espacio minúsculo de existencia en el que puede jugar.
Por eso, el caos, la contradicción, los extremos, la imperfección y la inutilidad son creaciones humanas.
Porque es su genuina forma de existir, en forma de inmensos bosques en los que no hay dos árboles iguales, y sin embargo, desde fuera, forman una imagen homogénea.
La perfección, el orden, la simetría, están visibles en toda la Naturaleza, en todo lo empírico, en el mismo cuerpo humano se observa.
En cuanto se termina la materia, empieza el desorden y la revolución de polos opuestos; pero no por esa combinación excéntrica cada esencia está aislada del resto.
El alma colectiva se puede sentir, percibir o intuir, se puede hablar de conexión cuando una parte de nuestra esencia la vemos reflejada en otra. Eso pasa en el diálogo, a todos los niveles posibles.
Cualquier forma de arte que nos atrae es precisamente ver un reflejo propio en la imagen de otro.
Esa sensación agradable, la seguridad de no estar aislado, de que los sentimientos y pensamientos no existen sólo dentro de los muros de la propia mente, sino que están suspensos en el aire, que son respirados por muchas vidas más de otros lugares y otros tiempos.
Ese elemento común, puede ser aire, puede ser la energía que provoca la vida, puede volcarse en un papel, trabajar con la tierra o fabricar objetos. Todo, toda acción humana es expresión de su alma.

Réplica al conductismo
Tristemente, la parte de la psicología más utilizada en la cultura occidental es la que basa el comportamiento humano en castigos y recompensas, como si alguien tuviera el derecho de imponer su verdad sobre los demás, utiliza incentivos como cebos en los que picar y con los que llevan a las personas justo a donde quieren. ¿Quiénes recurren a este tipo de psicología? Los que manejan todo lo demás.
Pero no es sólo en cuestión de manipulación mediática, en la que en definitiva viven de eso, y es absorvido por ellos quien no se da cuenta. Mucho peor es que se utilice en educación y en terapia: dos medios en los que las personas son más susceptibles, son niños y enfermos. Castigando a un niño, no se está haciendo más que reprimir lo que es, en vez de enseñarle cómo encontrar la forma de hacer las cosas (no es cuestión imponer, es enseñar a vivir). En enfermos, no es más que maquillar la superficie cambiando hábitos, cuando por dentro el alma se seguirá retorciendo en su dolor.
¿Tanto se ha olvidado que los primeros psicólogos se llamaron "médicos del alma"?
Esto parece más bien el combustible del capitalismo. Se ha desfigurado como se hizo con la idea de Einstein construyendo la bomba atómica. Peligroso, eso de confiar al resto un conocimiento, para que lo malinterpeten y lo tiren por los suelos. No es más que ponerse la venda en los ojos, simplificar al ser humano al nivel de circuitos, sustancias químicas que se mueven según los bombardeos de información precocinada que llega desde fuera, colapsando la identidad y anulando la voluntad. Acaba dando la sensación de ir dejándose llevar hasta verse acorralado en cuatro paredes y con cámaras de seguridad: esa es la clave del buen ciudadano.
Nada sería más justo para cualquier persona que venga al mundo, que darle las herramientas para que ella misma sepa crecer con sus recursos y desde su punto de vista. En una sociedad de personas seguras de sí mismas, con objetivos propios, con conceptos no impuestos, sino aprendidos por ellos mismos, poniéndoles delante las experiencias y que aprendan de ellas... ¿Habría tantos problemas de ansiedad, falta de autoestima, transtornos de personalidad, neurosis?
El "cada vez más fácil" y "cada vez más cómodo" no es más que otra forma de decir: quedaros sentados en el sofá, ya lo arrastraremos a donde convenga.
Ante esto, puede que lo mejor sea ponerse el chubasquero, y buscar cada uno su verdad desde dentro.

martes, 11 de enero de 2011

El alma rompiendo las cadenas

Supongo que se pueden matar fantasmas una mañana y renacer esa misma noche.
Meter un balazo a la hipocresía, largarse con un buen amigo de retiro a un Apocalipsis de guitarra y batería. Y allí mismo, algo pesado y muerto se queda atrás, sólo queda la voz y una luz incansable, limpia.
Mi silencio no se compra con plata barata.
“Veo al fin con claridad lo que fue nuestra única verdad
marioneta sin rechistar, por miedo a decirte nunca mas
pero nada me puede hacer cambiar mi decisión”
(Sober - La nube)

Con esa absurda insistencia por mantener algo que no existió nunca, me das lástima, porque toda tu vida es una absoluta mentira creada por ti.
Nunca has mirado más allá de los límites de tu verdad, eres incapaz de comprender una sola emoción ajena.
No has amado nunca, porque hacer que alguien dependa de ti anulando su voluntad no es más que egoísmo.
Podrías haberte comprado una granja y vivir de los animales en vez de casarte y tener hijos para alimentarte de ellos y aumentar tu artificial ego.
A mi ya me odiarás por ser dueña de mi vida, por escapar de tu chantaje, aunque para ti sea incomprensible que el dinero no me ata, no me esclaviza como a ti. Posiblemente sea demasiado humana para tu encorsetada existencia.
Eres un esclavo de los favores comprados, de la crítica y el insulto, de los aires de superioridad y adicto al parasitismo milenario llamado "familia".
Las personas somos personas, se nos van poniendo etiquetas y al final muchos se acaban etiquetando para sentirse seguros encajados en su rincón de la sociedad.
Por eso digo que no quiero tu dinero putrefacto, no quiero conversaciones forzadas sobre metereología básica, no quiero exigencias que no me pertenecen (pues ya ha pasado demasiado tiempo desde que nací, para que sigas restregándome tu aportación a mi supervivencia).
Nunca quisiste hijos, sino marioretas. Nunca quisiste mujer, sino un robot doméstico.
Todo eso sólo existe en papeles, es un espejismo. En la vida real no tienes nada más que soberbia y berrinches de tirano de pueblo con aires de sindicalista sofisticado.


Qué dulce victoria cogerle el teléfono al miedo y, sólo con la verdad como arma, dejarlo tartamudeando.
Nadie sabe qué verdades ocultan los muros.
Esa casa blanca con vistas a la playa parece el reclamo de una vida idílica.
Una casa, cada habitación, lleva en el aire la esencia de quien la habita.¿Cómo se imagina al dueño de ésta?
Las paredes mohosas y el aire denso son un reflejo de su alma.
Hay personas que van dejando como un gas tóxico que provoca un efecto dementor: absorven la vida de quien tienen cerca, van consumiendo la energía y van debilitando la voluntad.
Todos los recuerdos de esa casa son grises por eso.
Porque un silencio sepulcral rompía en gritos en forma de ladridos.
Porque aún en soledad, siempre se tiene la sensación de que alguien vigila.
Porque todos los objetos parecen negar el derecho a ser tocados, como si hubiera que pagarles una deuda por pisar su territorio.
Porque el tiempo se mide contando cuánto queda para que termine el día, para aguantar un día menos.
Las ventanas, única libertad posible, dan al vértigo de las rocas.
Una niña tira juguetes por la ventana imaginando que caen a otro mundo donde la pesadez no exista, donde todo sea tan increíblemente leve...
Se miraba con envidia a las gaviotas que pasaban volando a ras de la ventana.
Y por si acaso no era suficiente, ese Nerón de pueblo pedía refuerzos a la mínima muestra de sublevación: una familia al completo que provocaba más hostilidad que la de Pascual Duarte, un elenco esperpéntico que sería la delicia de cualquier coleccionista de transtornos emocionales.
Lo que tienen los psicópatas es que siempre actúan de la misma forma, son predecibles.
Se creen sus propias mentiras, siempre se ven inocentes.
Y atrapan personas para guardarlas en su caja de herramientas, de donde no puedan salir por que los necesitan: Síndrome de Estocolmo.
Pudimos escapar a tiempo. Demasiado rápido encontró una nueva víctima.

lunes, 10 de enero de 2011

Ensoñaciones o insomnios

The wonderful thing of love is that, without need, we choose stay with someone.
I'm seventeen. I'm seventeen and i'm in love for first time. I can see a magnetism between us.
I'm twenty. I'm twenty and I have found a flying mate. We have inside us all persons what we were in every moment of our lives.
I'm opening you a piece of my soul. Maybe this is love: open doors.

Una mano resbala por el pelo. Todo es extrañamente familiar y a la vez único.
Sí, la proporción áurea hecha hombre, la escultura griega, ahora mismo me tiene entre sus brazos y duerme como un niño.
Extrañamente, me sorprende escuchar un corazón latir bajo mi mano. ¿No era una ensoñación o un insomnio?
Intenta despertar, pero sólo me coje la mano y dice: "Ariana, vamos", y sigue durmiendo.
¿Quién proteje a quién? ¿Quién buscó a quién? ¿Quién puso las reglas del juego?
Y mirando esos labios, pienso en lo frágil que es el deseo.
Y fue distinto porque pude saborear los minutos en esa tregua después de la explosión en la que el mundo se vuelve tremendamente lento y espeso. Y sintiendo el calor del abrazo veía que un cuerpo sin su contenido es lo menos atractivo para mi. 
My songbird, ¿Has leído La insoportable levedad del ser?
Cuando Tomás explica que su atracción por las mujeres es descubrir la millonésima en la que cada una se diferencia de las demás en su parte más íntima, habla de rasgar el telón y descubrir qué hay detrás.
La pregunta es ¿quiero atravesar el telón?
Encontrar ejemplares maravillosos de un ideal muestra o ver que la aventura está en descubrir las particularidades.
¿Cuántos amores distintos se pueden sentir al mismo tiempo? Quién puede saberlo, pero amor: esa palabra....

Caminando sin paraguas
Eres la lluvia de mi casa sin tejado: por mucho que me mueva, seguirás pegándote a mi piel con cada gota en forma de palabra. Y al darme cuenta me has empapado otra vez de tu melancolía adictiva.
Como si antes hubieras estado observando de lejos hasta decidirte a caer inocentemente, y chocar conmigo.
Será que las gotas susurran que cruzarás el puente esta noche, para salvarme del vacío del nuevo.
I tried to stay away, but you always come back, you never let me go.

¿Dónde fijar el comienzo? Por la primera emboscada de película, cama y mañana adiós; o por días de biblioteca y conversación (de las que construyen puentes entre personas). Puede que ese fuera el comienzo del final en el que culmina la reconstrucción de los pedazos de mi que estaban enterrados.
Forma ensayo-error: intentar una y otra vez si funciona lo que en este momento es posible. ¿Posibilidad de qué? La cuestión es no saberlo.
Las explosiones provocan euforia, muchas en poco tiempo te meten en un bombardeo que acaba saturando. Voy a firmar la paz con el espejismo de transición, con el que empecé los 20 años y me regaló otro de los pequeños amaneceres que forman este despertar. Testamento: música, paseos y una cicatriz recuerdo de una noche de verano.
Como anécdota, contaré que Apolo bajó del Olimpo para llamar una noche, y prácticamente sin palabras hubo un baile y un compás y después una atmósfera mágica de dormir abrazados dos extraños. Y eso me enseña que lo efímero se graba a fuego en la memoria y se pasa como una película de vez en cuando, por entretenimiento, porque se es protagonista de los propios recuerdos y nos regodeamos en esas pequeñas hazañas. En momentos de decadencia, siempre podré pensar que en otro tiempo Apolo bajó y a mi caprichoso deseo esos labios no le supieron a casi nada. Consuelo bajado del desván, archivos de días míticos.
Y en fin, las intuiciones. Esas locas tan sabias avisaron de que ciertos ojos azules reflejan algo así como.... el paraíso perdido y buscado desde siempre. Bueno, la intuición lo sabía, hagámosle caso a la loca. Confieso que mientras ocurrían las historias antes contadas, esos fragmentos de amaneceres, pensaba en esos ojos azules. Como el soldado que en plena guerra piensa en lo que le espera cuando termine. Y la guerra ha terminado.
Se firma la paz con el cosmos en un beso. (Tengo un problema: quiero besarte. Me parece bien. Esto me da miedo. No tiene porqué. ¿Mañana vendrás?. Sí.)

domingo, 9 de enero de 2011

Crónica del año de los amaneceres

Puede que sea el despertar
1. No volver a dar el poder de la destrucción
2. Si se desvanecen los espejismos y caen las cortinas de humo... queda la densidad del vacío

Tengo la sensación de hastío de quien ha perdido una batalla tras otra, y a pesar de haber llegado a ser un buen guerrero, no le quedan fuerzas para continuar.
Hace tiempo que pienso en un retiro emocional, en un electrocardiograma plano. Pero no, mi naturaleza no da tregua. Es un impulso miope porque no ve hacia donde va, pero sin impulsos estaríamos anestesiados. Y tropezar con otro trozo de universo es una mis aficiones.
Ese escepticismo para evitar errores parece cobarde, pero empiezo a cansarme de coleccionar diplomas de
experiencia (gracias por participar, prepárese mejor la próxima vez).  ¿Hasta qué punto vale lo aprendido, si lo que busco es alguien que me sorprenda? Puede que necesitemos ese amnesia para no acabar paralizándonos por miedo a tropezar.
Como otras veces, pasará la apatía, aunque mientras tanto no sea capaz de sentir otra cosa.
Incoherencias, idealismos, caídas, absurdos y revelaciones… de todo eso está hecha la esencia humana. Todo esto para no creer que quiero congelarme sin motivo (como un pez en el hielo), sé que durará hasta que una mirada lo funda… o el calor de una mano quizá. Esos momentos de locura transitoria tan inconscientes (y sabios) son los pequeños saltos de jugar a la rayuela. Tirar la piedra y pasar de casilla.
Si fuera capaz, como Hipatia, de buscar sólo lo que hay más allá de las estrellas… Quedan cadenas por romper todavía, pero quien sabe… abstraerse es una opción, y que los pensamientos sigan volando.


Que me arrastre el viento
No debería quejarme del vértigo, sólo quise ser libre.
Cada vez que te frene la duda, recuerda que al terminar un capítulo de la vida, de alguna manera se muere. Tus piezas se van reconstruyendo formando figuras distintas.
Aunque haya renacido varias veces, me sigue faltando, como a Benedetti, la pieza que llevo años buscando: El que vuela.
A quien viva en otro vuelo kamikaze a descubrir, hacia transformar su parcela de mundo, a hacer suyo el tiempo que le pertenezca.
Un espejo que me recuerde que todas las ideas que vagan por la cabeza no son locuras cuando hay alguien que las comprende.
Que si a veces las palabras se hacen una maraña absurda, se puede hacer poesía con el silencio.
Apocalipsis, las cicatrices me recuerdan alguna ilusión rota por la realidad, algún amor frustrado que se convirtió en jaqueca. De esa antigua piel, sólo quedan los recuerdos de algunos días soleados.
Puede que ahora todo sea más primavera que nunca. Ahora esa Piel de la memoria no me retiene, voy trazando el retrato de quien voy a ser.
Los sueños que ha ido abandonando, me los guardo de combustible para seguir volando.
Por eso, no quiero volver a parar en medio de la lluvia, sin aire y sin rumbo, sin nadie que pudiera tirarme de la mano y sacarme de allí antes de que los pensamientos me ahogaran.
Ya que estoy aquí, puedo cerrar los ojos y que me arrastre el viento.

Llamadnos locos
Otra vez me dicen que no puedo, que es una locura.
¿Cómo van a saberlo, si de otra persona sólo se puede ver la parte de telón que yo quiera abrir?
"Y vuelvo a ser un loco
para sobrevivir a la locura de la vida"
Asumo mi parte de responsabilidad en la estupidez de enamorarme utópicamente, él asumió la su ambigüedad,  por eso debí aprender a caminar por esa alambrada.
Puede que sea un error idealizar,  pero lo maravilloso es descubrir los defectos después, y aceptar el reto de amarlos. De una forma o de otra, saldremos del túnel, a no ser que nos abandonemos a la muerte.

Ya no hay ninguna presión asfixiante en el corazón
Sé volar. Todos podemos aprender a volar.
Para que el vuelo no se quede sólo para nosotros mismos y muera con la vida, sino que rompa sus muros y se expanda a otro ser... "Cuantos más mundos conozcas, más cerca estarás de la verdad"
Y no es invasión, sino contemplación esos otros mundos: existir en su forma más completa, la vitalidad máxima donde se pierde el tiempo, la ubicación y el propio cuerpo: sentirse vivo como parte de lo que los ojos ven y la intuición siente.
Sometimes I ask myself if it's true or a squizophenia begin, so every time I see you I make a wonderful discoverment: you exist and you're behind me.
Otra puta crisis. Puede que la mejor vida posible esté al otro lado de la puerta, pero la inquietud de que no sea así, deja la mano temblando en el pomo.

Hola, mi trozo de Utopía.
Sé que ya te falta el aire y que morirás de frío.
Pero otra vez es agosto... la Utopía no puede ser tal si no tiene su espejo para recordárselo, si le falta su brújula para seguir su camino.
En este baile de ditirambos, ahora llega la melodía de la contradicción: Ahora, soy yo quien te aparta.
No serás nunca un secreto, sino mi gran misterio. Serás ese trozo de alma con una llave de una sola copia.
Es tan valioso como peligroso, por eso me protejo de tu onda expansiva, hipnótica y melancólica.
Para levantar el vuelo, hay que llevar el menor peso posible, y cada vez que despego te dejo en tierra, dejo de sentirte escocer dulcemente. Era tan absurdamente adorable tu dolor...
Por eso, siendo un ave que levanta el vuelo, no necesito ya sobrevivir con Utopías: voy a por mis certezas subjetivas.
Gracias por ser el primero en sentirme existir. Por ser una de esas elecciones insignificantes que marcan el rumbo.
Por mirar dentro de mi alma lo que nadie vio antes, por darle forma y vida, y que dejara de ser una onda sin sintonizar.

sábado, 8 de enero de 2011

Neurosis masiva de nuestro tiempo

I. Pasad, sonámbulos, por este mundo
Que nosotros cogeremos las riendas de la trascendencia
Nos despegaremos de la esclavitud de la palabra
Hablaremos viviendo con los ojos abiertos
Seguid, seguid lapidando
A los que consideráis peligrosos por vuestra propia ignorancia
Os cuento que más allá de vuestra nublada vista
Hay sensaciones, imágenes, olores y texturas
que os tapan vuestras montañas de basura
Almacenadas para aparentar y no ser
Vuestras risas vacías se perderán en el eco
Pero nosotros, de alguna manera seguiremos
Porque aceptamos la mortalidad
Y lo hicimos girar a nuestra manera
Mi parcela del mundo es un gran tapiz de matices
¿La vuestra que será? ¿La caja blindada de un banco?
Que la disfrutéis, pero cabe tan poca vida ahí dentro…

II. Platonismo
Parece que sin darme cuenta, al empezar a buscar verdades fui escalando esa montaña platónica hasta alcanzar un Mundo de las Ideas propio.
Me maravilló la perfección de ese Sol, que me mostró cuando intuía, y quise quedarme allí, no compartir mi tesoro con nadie. Pero debí entender que no era mi mundo, que debía volver y encontrar en la realidad el reflejo de sus maravillas. Así, a tropezones fue bajando, sintiéndome más humana con cada un o de ellos, a la vez que más cerca a la humana imperfección.
La pequeña tortura de no pertenecer a lo ideal termina en no desearla, en valorar los miles de matices del  mundo que el deslumbramiento del Sol no me dejaba ver antes.
"Si un sordo ve a alguien bailar, creerá que es un loco": Hay demasiados con los sentidos tan atrofiados que hacen de la ignorancia su única forma de conocimiento.

III. Eructo mental
 Tengo en mis oídos un combate de boxeo entre villancicos de niños del exorcista, en la calle; y Tom Waits con su voz áspera impregnada en nicotina, en los auriculares.
Entonces mi pequeña rebelión interna hace que suba el volumen al máximo. Si me revientan los tímpanos que sea con blues y no con canciones populares que para mi no significan nada.
Se les ve a todos en su felicidad de plástico, en uniformidad encubierta, aparentan tener, aparentan dirigir sus propias vidas, aparentan evadir la muerte con el espejismo del progreso, aparentan que saber lo útil y lo mejor; y lo ajeno les parece excéntrico, distorsionado, antisocial.
El estar fuera de la caverna, se desprende en la soltura de los gestos, en el enfoque de la mirada  En que las normas implícitas se escurren por el pelo, que pararse a mirar la Luna o bailar por la calle o reírse solo no es proporcional al nivel de locura, sino al de vitalidad. Y sabiendo que la felicidad pueden ser unos minutos de toda una vida, más vale estar alerta por su fuera precisamente éstos.
Los matices no son contradicciones, son amplitud en el ángulo de visión del mundo: ezclo jazz de los años 20 con metal, y no, no soy bipolar.
Prefiero las salas de cine casi vacías con películas de bajo presupuesto, como si fueran un secreto de pocos testigos.
Las historias desordenadas, que tienen la lógica que quien las descubra les da.
Los libros usados. El arte no caduca, queridos consumidores, y si vienen con notas en los bordes, mejor. Ojalá viniera el manuscrito original, aunque fuera la letra indescifrable de Nietzsche, entre tachones y migrañas.
Sentarse en el suelo bebiendo de la botella, mientras mirando las estrellas soltamos nuestros eructos mentales en forma de coloquios sobre lo complicadas que somos las personas.
No hacen falta 2000 euros al mes para que cada día valga la pena que suene el despertador.
No quiero una familia modelo, sólo que me rodeen personas que me hagan cada vez menos incompleta compartiendo su mundo.
Si la sociedad es como una gran serie de televisión con audiencia de masas que nunca termina, este club clandestino tiene teatro improvisado abierto 24 horas (entrada libre).
Y que viva lo alternativo!
IV. Inclasificables
Sin resignarte a que te marquen el rumbo, ¿qué importa cuántas cuerdas haya que cortar?
Se puede soportar perder muchas cosas, excepto la identidad y la libertad de defenderla.
Las miradas de asco ya resultan cómicas, los consejos "por tu bien" se escurren como las gotas de agua en un chubasquero, chistes fáciles y las etiquetas pueden arder en la indiferencia.
Todos nos equivocamos y tenemos algo de razón, pero quien está convencido de tener la razón absoluta, está doblemente equivocado.
Por quien pasan los años y se estanca en una idea que le dieron ya fabricada y empaquetada, dudo que esté descubriendo la vida.
Sinceramente, ya que tenemos que estrellarnos inevitablemente para aprender, prefiero que sea por valentía que por ceguera.
Sin embargo, en sitios "normales" con gente "normal" no te encuentras más que diálogos de sordomudos, donde se acumulan palabras como folios en un archivo olvidado.
Todo cuanto hacemos tiene un sentido, sin ser conscientes de eso y sin disfrutarlo, la vida puede saber a timo.
Puede que no se necesite más que seguir la brújula que llevamos dentro para que, ya que la vida es nuestra, sea únicamente a nuestra manera.

jueves, 6 de enero de 2011

Sobre cargarse los misterios


I. De tierra y agua
El paseo me pilla otra vez pensando en esa nubulosa... "Tú".
Ese tú que no existió nunca, que me hizo un Platón inconsciente de serlo, queriendo tocar una idea.
Pensando(te) en forma de tromba de agua
marcando el cauce
por donde va corriendo el río
más largo cada segundo
más parecido a lo que llaman
vida.
Qué irónico
cuando tienes la sensación de que te haces tierra árida
de que algo se ha secado dentro
aparecen personas en forma de agua
y llenan los huecos entre piedra y piedra
entre hueso y hueso.
Aquí ya siento trocitos de manantial
de océano
de otros ríos a los que considero hermanos
ambiguo Sol
frías estrellas
aves de paso
lava volcánica
y demás genialidades de la naturaleza.
Y después de este recuento,
sé que el "yo" de este momento
no tiene miedo a morir
porque esta viviendo intensamente
su momento.
No será tan idiota como los anteriores,
no se enamorará con el mayor peligro:
la ignorancia.
Prefiere sorbos de certeza
a otra borrachera de falsas expectativas.
Queda ser tierra y agua al mismo tiempo
algo así como barro
fusionarse con algo más.

II. El peso formidable de un poco de locura
Ven y tira los muros más altos
destruye esa azotea
que construí para que no me ahogara la marea
Abre una ventana
para que salga toda esta saturación.
Llega sin mangas y sin ases
tan solo llega.
Sin máscaras, ni juegos, ni planes
siéntate y mira el resto del mundo moverse.
Nada más que un alma buscando su reflejo
un punto en el que no perder el equilibrio
a través del puente
que le llevará a ser quien es.
Compartir la nostalgia por lo que vendrá
sabiendo que todo lo anterior te llevó a este momento.

Abstracción (extracción) de ti, ser sin rostro
ni forma.
Otra vez, esa sensación de estupidez
de echar de menos lo que nunca se ha tenido.
De lo que has hecho infinitos ensayos
pensando cómo sería:
lo más perfecto posible.
Lo mejor es que llega. Y piensas que ya lo has vivido.
Son todas esas vidas posibles con las que se hace el arte.
Se puede hacer de la vida arte
retorciendo los dedos entre una melena.
Es ese tiempo en que se duda
si has estado viviendo o soñando.


III. La racionalidad se evapora
cuando hay un abrazo
que salva del vértigo
del vacío que hay
entre la piel y el mundo.
De todas las personas que eres al mismo tiempo
con que una de ellas no pise suelo firme
las demás la dejan balancearse
en los trapecios que le alcancen.
Su salvación es fabricar sus propias alas
dejar el ibuprofeno
(6 horas sin dolor y vuelta a la realidad).

Me solté de mi debilidad consentida
que avisaba en clave
de ser demasiado pequeña
como para amarla como a un astro
como a la misma vida,
y se fue a lo lejos para mirarla en su totalidad.
Tan indefensa, sólo reclamó un rincón
tranquilo y seguro
un palco de primera
donde no ser una débil debilidad
donde no ser una contradicción.
Por ahora, aún de trapecio en trapecio
ensayo el salto para alzar el vuelo
sólo falta ver al ave cantora
darle nombre e historia
porque sólo sé que está cerca
y vuela como en los sueños.


IV. Nostalgia
La peonza gira y remueve las noches, los cimientos, rasga telones...
hasta que cae derrotada
y se ve en el mismo punto
con la cara pegada al frío suelo.
Nostalgia por su utopía
porque la despegaba de este mundo incontrolable
que a veces se ama y otras se aborrece.
Nostalgia por su realidad onírica
con ensayos infinitos, sin juicio final.
Sólo con el aire que respira se permite ser melancolía,
al que le confía su sin sentido:
amar lo abstracto.
Tiene un niño que no para de jugar al despiste:
el rumor de los silencios,
que vive de las dudas y del tiempo.
Cambia de cara y de cuerpo
pero se delata
cada vez que calla,
y suena tanto a escarcha....

V. Por ir buscando siempre

Cegaos.
La oscuridad es tan cómoda,
da tanto vértigo la claridad
que andar ciego es la más fácil cordura.
Destierro a los dioses de la belleza
porque sólo son el frío mármol
porque mienten con discursos al por mayor.
Jamás tuve armas, sólo escudos.
Olvidé que la Utopía
sólo ama lo invisible.
Olvidé que la Intuición
es la más lúcida de las ciegas,
y que la Verdad siempre espera
detrás del telón
a que sepa volar hasta el palco
donde mejor sepa apreciar su
terrible belleza.
Prometo no olvidar lo esencial
y seguir siempre buscando.



VI. No eres una persona
Eres una metáfora
eres un pájaro, una época, un estilo.
¿Debería llamarte Charles o Arthur?
Eres una fisura en el telón del mundo
la tinta de estos ríos de palabras.
Eres un cálido no-pensar,
un vacío de palabras, dulces mentiras
que se deraman de los labios
y crean mundos invisibles
que esperando atravesarlos algún día
dejan el corazón en los huesos.
No eres una persona
Eres el fantasma que tira pedestales
eres una idea, un oasis, un espejo
¿Vas andando o bailando con el aire?
Eres lo que no se deja de buscar
ni se para de encontar.
La más torpe causalidad
se cuela en el alma
y mata la perfección por sobredosis de realidad.
Corta las cadenas y arranca todas las máscaras
deja en ruinas toda mentira
deja el silencio que sigue a una batalla ganada
deja unos planos en blanco
y un lápiz en la mano.

Tras el velo de Maya

¿Habéis visto de dónde vienen todas estas sombras?
¿Habéis buscado a quien las proyecta detrás del telón?
Este tapiz llamado mundo no es más que la envoltura de lo que realmente es.
Detrás está todo eso que intuimos que existe, que sólo desde nosotros mismos podemos descubrir.
No hay más que cortar la cáscara y sacarle toda la sustancia a la Realidad.
Como dijo Cortázar: “En los hechos cotidianos, la actitud de inconformista se traduce en un rechazo a todo lo que huela a idea recibida, a estructura gregaria basada en el miedo y las ventajas falsamente recíprocas. Podría ser un Robinson sin esfuerzo. No es misantropía, pero sólo acepto de hombres y mujeres la parte que no ha sido plastificada por la superestructura social: yo mismo tengo medio cuerpo metido en el molde y lo sé, pero ese saber es activo y no la resignación del que marca el paso."

Bailando entre las rocas y jugando con el viento
No hay razón, sólo alma.
Vivir debe ser eso: andar sin rumbo, respirar, que los pensamientos simplemente salten y cogerlos al vuelo.
Se desatan los lazos artificiales, caen los relojes y sube la bandera blanca de la tregua.
Tregua con todo lo que está más allá de los ojos.
Más que libertad, es fusión, ser consciente de que está ahí porque somos parte de un mismo todo.
Entonces, esto es lo que realmente existe, sin adornos. Tu único espejo es el horizonte.
Entonces, queda tan absurdo ver la realidad desde arriba, ver sólo la maraña de cadenas en vez de los eslabones. La realidad no se puede comprender si no es desde un punto de vista concreto, un Yo.
Por tanto, nunca puede ser objetiva, siempre será interpretada con matices únicos de quien la percibe.
“Cada uno, aun el hombre más insignificante, se encuentra en su conciencia simple como el más real de todos los seres y conoce necesariamente en sí mismo el verdadero centro del mundo y hasta la fuente original de toda realidad.
Cuando miramos hacia fuera, donde se nos presenta la inmensidad del mundo y el sinnúmero de los seres, el propio yo en cuanto mero individuo se contrae hasta la nada y parece desvanecerse.”

Schopenhauer

Parece un poco idiota filosofar con una corteza de árbol, pero pero desgajando metáforas, tiene su sentido.
Cualquiera puede ser como ese árbol que ha ido acumulando capas y capas de piel para defenderse del exterior.
Ha ido fabricándose armaduras conforme cambia su entorno, y así se acumulan unas encima de otras, hasta que al mirarse le resulta difícil recordar cuál era la primera.
¿Cómo era su piel? Más allá de eso, ¿Cómo era antes de tener que defenderse y poner una barrera entre él y el mundo?
Entonces, empieza a bucear dentro de sí mismo, y va encontrando esas cosas que daba por perdidas o por olvidadas.
Solos, en una habitación a oscuras, antes de dormir; se desvanecen todas las etiquetas que vamos arrastrando cuando salimos al mundo. No somos estudiantes, no manejamos dinero, no pertenecemos a ninguna tribu urbana ni a ninguna ideología, ni siquiera hay una historia anterior que nos recuerde qué hemos hecho o de dónde venimos. No.
Simplemente, eres una persona. Existes. Has frenado en este momento para sentir que sigues respirando, después de que el ritmo frenético haga olvidar esas pequeñas sensaciones: simple como estar vivo...
Posiblemente, después de sentir eso, ese árbol dejó de verle sentido a sus corazas, y rompió esa densa costra de la memoria.
Una brecha por donde esa primera piel puede ver la luz y mostrarse tal y como es.

The man who cast no shadow

I. De vuelta
No, Utopía, prefiero quedarme aquí
Lejos de tus rayos cegadores
Me quedo con las risas clandestinas de biblioteca
Con las cafeterías de aire denso una tarde de invierno
En las nubes azules de la guitarra eléctrica
Y los viajes astrales de un cine casi vacío
Con los reencuentros en plena calle
Y los cruces de miradas que acaban en oleadas de adrenalina
Siempre, con quien me ha visto perder el equilibrio
Existiendo maravillosamente cada día
Me quedo con los absurdos que le han dado sentido
A esas situaciones que no sabemos por dónde salvar con la razón
Con quien llegó en el momento justo para que no me ahogara en el agua estancada
Fueron unas sabias manos que me apartaron del hipnotismo de los oasis.
Con el escudo que paró las puñaladas del desengaño
Recuerdo bien la pasión efímera de tu olvido,
Ese cálido no pensar por un momento
Un vacío de esas palabras, dulces mentiras
Que se derraman de los labios
Se extienden por las páginas
Y crean mundos invisibles
Que esperando atravesarlos algún día
Dejan el corazón en los huesos

Pero sabía, Utopía, que iba a encontrar parte de ti en este mundo
Un reflejo real de ese idealismo
Tú te quedas en el mundo de las Ideas
Yo vuelvo al imperfecto paraíso terrenal
Ahora, cerca de un inmenso mar en calma.

II. A la orilla
Bucearé en las profundidades de este mar,
ejor el agua oscura y espesa
que el mercado de serpientes encantadoras.
Gracias a esos pequeños héroes
por sacarme del acantilado,
pero el mar moviéndose en susurros
con sus mil matices azules
me sedujo.
Ahí abajo me encuentro se nada libre
porque ya he saltado
y lo volveré a hacer
sin perderos de vista, lo prometo
porque no, nada me volverá a tragar como lo hizo el Sol
pero, ¿no ves como refleja sus rayos?
Y por fin, en el agua, los puedo tocar
porque escucho su melodía
y la comprendo.


III. Confesiones a la estrella solitaria
¿Sabes? La primera vez que te vi tuve la sensación de que ya te conocía.
Pero la intuición se equivoca, supongo.
Te quiero por el sonido de tu silencio
Por la energía de tu existir.
No sé si eres tú. Si sólo lo serás por un tiempo.
Si volarás más rápido y más lejos que yo.
Pero precisamente por no saberlo, seguiré adelante.
Estrella porque brillas tenue y pequeño, lento pero rítmico.
Tan indefenso y fuerte al mismo tiempo.
Solitario y escurridizo, inquieto pero inmóvil.
Del primer mar en el que me zambullí, la grandeza de tu universo misterioso…
Y dentro de esas aguas desconocidas y cálidas, encontré esa estrella de tu alma en lo profundo, a medio enterrar entre caparazones y arena.


IV. Shadowman
The man who cast no shadow reapeared touching my shoulder and crashing his dark look with my amnesia.
Deja vu. He cast no shadow because he is a shadow, sliding through the world without leave a signal.
I know that he dug in my eyes and found the questions what nobody can find in theirselves.
These questions that wander tireless.

V. Antisocial
Eres la versión más excéntrica de héroe.
Te necesitaba en ese momento porque necesitaba sentirme a gusto con mi melancolía. Sacarla para que dejara de doler, que se proyectara en otro ser humano, como si lo estuviera sacando conmigo misma.
Tu presencia es lo más parecido a la soledad, a lo inquietante de no conocerte del todo a ti mismo.
¿Y sabes por qué veía el reflejo del Sol en ti? Por que con él podía ser melancolía al principio también.
Ya no puedo. Por que, precisamente, lo que él necesita de mi ahora es que le cure la suya.
Yo absorví su luz cuando no sabía brillar aún, y ahora que él se ha ido apagando, me pide que le recuerde la fuerza que me deslumbró, por la que me mantuve a su lado, por la que me mantendría a su lado cuando cayera al suelo...
Pero primero tuve que levantarme yo de mi caída estrepitosa al vacío, al nihilismo absoluto de no saber en qué creer. Gracias por cerrar las costuras, cuando la herida cerró, yo misma pude quitarme los puntos.
Pero, por los viejos tiempos, cuando quieras bailamos.

martes, 4 de enero de 2011

A Harry Haller

I. Cómo se mata por amor
19/10/10
"Ya estaba cumplido su deseo. Sin haber llegado a ser enteramente mía, había yo matado a mi amada. Había ejecutado lo inconcebible, y luego me arrodillé y estuve mirando con los ojos fijos, sin saber lo que aquel hecho significaba. Yo no sabía nada, no estaba en condiciones de reflexionar.
¿Es que yo había apagado el sol? ¿Había matado acaso el venero de toda vida? ¿Irrumpía el frío de muerte del espacio universal?"...................................................................................................................
"Toda la vida es así, y así tenemos que dejar que sea, y si no somos asnos, nos reímos, además. Es preferible que aprenda usted antes a escuchar. ¡Aprenda a tomar en serio lo que es digno de tomar en serio, y ríase usted de lo demás! ¿O es que usted lo mismo ha hecho acaso lo mejor, más noblemente, más inteligentemente, con más gusto?
Usted ha hecho de su vida una horrorosa historia clínica, de su talento una desgracia. Y a lo que veo, no ha sabido emplear una muchacha tan linda más que para clavarle un puñal y destrozarla.
-¿Justo? Yo soy una bestia necia y malvada, enferma y echada a perder; en esto tiene usted mil veces razón. Por lo que atañe a esta muchacha, ella misma lo ha querido así; yo sólo he cumplido su deseo.
Cuando en una ocasión ella me había hablado del tiempo y la eternidad, entonces había estado yo dispuesto a considerar sus pensamientos como reflejos de los míos propios. Pero la idea de dejarse matar por mí era el capricho y deseo más íntimo de Armanda y no estaba influído por mí, me había parecido indudable."
- A esta figura, desgraciadamente, no has sabido manejarla, creí que habías aprendido mejor el juego.
Sabía que estaban en su bolsillo todas las cien mil figuras del juego de la vida: aniquilado, barruntaba su significación, tenía el propósito de empezar otra vez el juego, de gustar sus tormentos otra vez, de estremecerse de nuevo y recorrer una y muchas veces el infierno de su interior.
Alguna vez llegaría a saber jugar mejor, alguna vez aprendería a reír."
Hermann Hesse, El lobo estepario

II. Corre
29/10/10
Cobarde es aquel esclavo consentido de sus miedos.
Para seguir inmóvil, en un rincón seguro donde el mundo no sea una amenaza, donde exista la ilusión de controlarlo.
Y el cobarde busca una piel en la que escudarse, para no ver en su propio reflejo que puede, puede andar y no quiere.
Yo, buscando un ave, me encontré un lobo solitario, un vagabundo de amores platónicos.
En su tablero de ajedrez me hizo la reina blanca, y cuanto más me acercaba él a las piezas negras de su alma, más miedo tenía de perderlas, de quitarse la piel de lobo.
Así que adelantó el caballo nego y tiró la pieza de la reina del tablero, desarmando al resto de piezas blancas.
Recogió la pieza, lloró sobre ella y la guardó en cofre bajo llave. Las negras ganan.
Ambos sabemos lo que es ser asesinos de nosotros mismos, sacrificar las piezas que más amamos por sobrevivir a la jugada.
También sé que cuesta pensar que la vida sigue para quien se aleja de nuestros días; y yo, ahora, lejos del lobo, recuerdo que no todas las aves saben volar, al igual no todos sabemos bailar con las circunstancias hasta el momento exacto.
Y yo, en mi tablero, sigo teniendo un rey blanco, inalcanzable en su trono, que está a punto de volar.
Por eso, mi lobo cobarde, corre cuanto quieras, eres un servil esclavo de tu voluntad.
Ve corriendo a los brazos de tu miedo, no me importa, te estoy cambiando por dentro la cerradura de este cofre con puerta de atrás.

III. Por buscar pájaros y encontrar perros
31/10/10
Sigo almacenando soledades,
monotonías del frío de octubre en la piel.
Sigo incrustando recuerdos
en las paredes del almacén de identidades.
Recuerdo haber bailado y
recuerdo haber besado,
pero ya sólo queda
el eco difuso de nuestra risa.
Por buscar pájaros y encontrar perros
se ha desprendido de nuevo
la onda del magnetismo de miradas y piel.
Sólo no puedo entender
que el protagonista de esos recuerdos
sea el hombre derrotado
que ahora no me quiere mirar.
Sólo es que todo es como antes
como siempre
como si nada hubiera pasado,
y el hastío es el de hace un año
y en medio, intuiciones de presentes remotos.
Sólo eso.

IV. Agnosia
7/11/10
Tengo una sensación tan extraña como familiar.
De haber tenido un sueño de días y semanas, del que despierto primero con indiferencia, después con rencor, y finalmente, con una gran apatía.
Tengo la sensación de que al chico de la guitarra y las botas no lo reconozco. Que soñé el presente a su lado, soñé paseos, soñé besos, sueños, y abrazos. Pero ahora, veo a otro con su cara, su pelo y su voz, con otra mirada, una mirada indiferente y esquiva. No, no es él quien se fundía con mis ojos.
Tengo la sensación de que ya he soñado tan vívidamente otras veces, con otras vidas, todas reflejos distorsionados de armonía, calmas temblorosas del tiempo, tiempo que se queda en fotogramas encerrados en esta cabeza que sólo sabe revolver en sus suburbios.
Tengo la misma sensación de haberme emborrachado de vida y recobrar la consciencia de nuevo con ese vacío vertiginoso, ese oxígeno glacial tocándome la piel.
Esa sensación de que ir sola por la calle es una batalla entre mi minúscula existencia y el resto del universo.
La sensación de que no debería estar esperando nada ni a nadie, la sensación de la pérdida de tiempo y del hastío de la rutina, de que nada es relevante y todo exactamente igual, que ya nada puede sorprenderme porque tengo la sensabilidad anestesiada a base de golpes con el suelo tras los saltos desde las nubes.
Tengo claro ya que ningún sentimiento es sólido si no pasa la prueba de la continuidad; si no, se evapora como esas nubes desde las que tirarse, sino se forja una plataforma desde la que echar a volar en vez de tirarse de cabeza al suelo.
Demasiado arriesgado es empezar a fusionarse con otra alma cuando no se ha explorado aún el pequeño universo en el que deambula. No cuento con ese gesto amistoso de la casualidad.
Prefiero considerar primero un amigo y después, si las circunstancias nos acompañan, un amor.
Le echo una carrera al futuro y me anticipo a él, sabiendo que la utopía es reversible, y en mi mundo tiene un objetivo fijado caprichosamente. Puede que por intuición, por inercia o por convencimiento de que en la capacidad de sorprenderme se sigue llevando el trofeo, de que en persistencia sigue venciendo todo lo efímero, y en profundidad barre todos los tanteos por la cáscara de mi alma.
Tengo agnosia de las ilusiones que rebotaron en hombres-espejo, que las hicieron vagar confusas de uno a otro; mientras una voz telefónica, y sin embargo la única real, me recordaba quién era la chica que empezó a lanzar señales al aire buscando una sintonía, esa sintonía que sólo él ha encontrado hasta ahora.
A él reservo ese rincón de mi alma que conservo sin destruir.

V. Desagües, charcos y demás analogías del olvido
28/11/10
El agua arrastra las últimas brasas de lo que ardió.
De nuevo me descubro distinta, ya sin inquietarme, sino sonriendo con sarcasmo.
Me veo indiferente ante lo que me atravesaba la piel.
Peligroso es cuando los sueños se hacen reales y el tiempo los consume.
Recuerdo de frases lanzadas ahí mismo (bajo un cielo nocturno de septiembre): "Aquí pintaré una cruz para recordar dónde besé por primera vez a la chica de mis sueños". Aunque la hubiera pintado, ahora la habría arrastrado la primera lluvia.
Se hace barro de estas arenas movedizas. Después del espectáculo de cohetes, apago la luz y me tumbo en el suelo a tejer ilusiones con anestesia.

VI. Cómo alguien desaparece dentro de su propio cuerpo
8/12/10
Síntoma principal: la mirada cambia. Los gestos también.
Aparente amnesia. Ideas contrarias a las anteriores.
Supe de alguien que fue devorado por sus fantasmas una y otra vez, siempre volviendo a rendirse a ellos; cada vez de manera más catastrófica.
Los esfuerzos por despegarse de su monstruo, del miedo al abandono, tiritaban cada vez que éste se sentía ofendido.
"Perdona,- decía el monstruo- ¿crees que vas a poder vivir olvidándote de que soy parte de ti? Me opongo a que te arriesgues a seguir sin mi, ¿quién te defenderá?
Todos podrían irse, todos son unos farsantes, todos son prescindibles. Pero yo siempre te he ayudado, te he dicho que corras antes de que te golpeen."
Y así, acababa corriendo, golpeando y despreciando anticipándose; queriendo ser más rápido, disparando antes que tener que evitar la bala.
Por eso desde fuera se ve a un personaje de apariencia calmada, por eso al asomarse por sus ojos durante un tiempo se observa un aire que pasa de soplar fresco a formar un huracán, oscilando como un péndulo, por disonancia cognitiva justificando su movimiento errante.
Su dulzura se ha colado por el ojo del huracán, y mientras se acercaba al caos iba avisando, como dejando un testamento, de cuanto quería decir al mundo antes de desaparecer dentro de sí mismo.
"Aparta antes de que la tempestad te alcance, deja de asomarte a mi interior."
No resulta tan fácil abandonar, cuando mientras lo pide algún reflejo en sus ojos lanza señales de socorro.
Pero de ese brillo no queda nada. Nada se puede salvar de su huracán, pues todo cuanto amaba de él desapareció dentro de su propio cuerpo.
Dejó un epitafio de recuerdos dorados, como el enfermo que exprime sus últimos días lúcidos apostando por lo que más deseó de esta vida.
Ahora ambos somos imágenes borrosas en el recuerdo del otro, y nos miramos con el recelo de los amnésicos, que intuyen sin saber, de quien vuelve a ver lo que daba por muerto.

VII. Por que no se materialicen los sueños
15/12/10
Supongo que estará
mi imagen esculpida
en tus eternidades para el olvido.
Supongo que seré
la diosa de tu mito
para explicar el origen de las desilusiones.
Seré un personaje
de tu vida novelada,
seré un icono de tu jeroglífico.
Supongo que tú
eres mi ave de alas rotas.
La apuesta más racional y
la locura más lúcida.
El golpe mejor amoldado
a los huesos de mi alma.
El más dulce de los tiranos y
el más infantil de los desengañados.
¿Para cuántas personas
a lo largo de nuestra vida
seremos el cofre de sus deseos?
Seremos la imagen de un ideal
seremos el paraíso perdido
seremos todo lo perfecto e irreal
que una mente puede construir.
Pero somos tan humanos,
que todas las luces proyectadas
en nuestros ojos
se perderán en la sombra
que proyecta nuestro cuerpo.