lunes, 3 de diciembre de 2012

Fase experimental

Creo que estoy aquí para romperme el orden. Que vine para eso sin saberlo.
Siempre me pregunté a dónde iban las personas como yo, las que necesitan encontrar su sitio y desde él observar al mundo moverse.
Ya sabía de dónde venía, pero no qué me cabía esperar. Lo cierto es que cualquier cosa que uno mismo haya construido puede ser derribada. Las manías que le suelen dar coherencia a los días, pueden romperse sin que el cielo caiga, y entonces te ríes del sin sentido de la rutina. Pero también quiero guardar en pequeñas dosis esas esas ligeras incursiones en lo desconocido, esas puestas a prueba de hipótesis que se reducen al y si (y si inflo globos y los ato a la ventana), con el resultado de una agradable sensación de incertidumbre, no por lo que va a pasar, sino por cómo reaccionará el organismo a lo nuevo. A comer pasta a las 4 de la madrugada, a cenar chocolate, a ver tres películas seguidas, a encontrarme con la frase de Julio "creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte" y estar saludando a un viejo amigo, a ver qué pertenece intrínsecamente a ti como pura individualidad, o qué le puedes achacar al ambiente incitándote a hacer qué.
En fin, salir de tu propio mundo es convertirse en un científico, en un auto-explorador, que se pone a prueba cuando súbitamente se da cuenta de que puede hacer algo que no había hecho antes.  Por supuesto hay constantes, y vitales. Hay olores embriagadores donde quiera que vaya, y la textura de la piedra, de la roja a la gris, y musgo en vez de arena, y más hueso, calidez bajo la lluvia, y una extraña división interna que me hace estar físicamente aquí pero mentalmente en un tren, en un punto medio entre dos mundos, y podría llevar una doble vida, se podría pensar, pero no, porque sólo tenemos una mente con la que pensarnos y que desgastamos en procurar captar cada instante con la perfección de un Velázquez o con la enajenación de un Dalí. Aunque sepamos que después, mucho después, ya no importará porque habremos cambiado, y no recordaremos el significado del instante (porque la memoria persiste derritiéndose), a no ser que mantengamos a nuestro lado a los personajes que habitan entre la memoria y el presente. Son amigos, y espejos.

lunes, 26 de noviembre de 2012

No me perteneces


No estás presente
ni vivo ni nítido
Me eres ajeno,
un conocido formal
La parte que reconozco
está impresa en los espejos
el resto es un saludo incómodo
un inquilino extranjero
Te aferras a mi porque sólo existes
si te pienso.
Porque crees que te ha quedado algo pendiente
y no sabes que no es el momento.
Te niegas a retirarte como un amnésico
que se empeña en mostrar su insignia de lo que fue
y cree seguir siendo.
De nada te sirve en esta distopía que es el presente para ti.
Suéñate, pasado, tu vida sólo existe en tu propia memoria.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Watch the waves are drawn

While not choose, everything remains possible.
But people tend to rush, they focus in goals that aren't ends but moments.
A goal is the end only when death comes after.
The paradox comes when, past those goals, comes boredom. And people wish to be in other places with other people, in other house witn other job, other look, other type of kisses on the memory of skin.
And they start to dream, and the start to live in their dream. And know the vertigo of parallel lifes within the same retina, and the power to disappear and be in both places, and live doubly for yourself, and be half for each of your worlds. And finally be mystery, be pure life that defies its own rules and terms overthrows wanted to simply be.
While not choose, everything remains possible. But we have to decide to be alive. We are cast to do something. 
Damn, what? Can be everyhing?
Maybe not, but can become many posibilities, certainly different than expected. 
Just throw your stone and watch the waves are drawn.

viernes, 26 de octubre de 2012

Café solo

Infinitas canciones de gente lamentándose por su desilusión y su desgracia; y los que las escuchan, empatizando y compadeciéndose de sí mismos, una catarsis colectiva para pedirle explicaciones al romanticismo sobre las historias que lo narraban.
Yo, entre desconocidos, sintiéndome Cortázar en París o El extranjero en este mundo; porque siempre que se acude a escuchar esas canciones es para eso: para cantarlas a coro con su autor, y que cada uno piense en el desamor al que dirigirle los reproches.
Pero en este momento me hago consciente de que ese es un pasado que ya no me pertenece, y que estoy allí para revivir nostalgias, para poner a prueba mi indiferencia. Para escuchar una canción que me hizo llorar la primera vez, y que ahora me saque una sonrisa irónica al recordarlo.
Ironías que irónicamente no llegaron a ser. Debería materializarse de vez en cuando ese universo paralelo de la imaginación para los curiosos, que desearíamos saber (o confirmar) que este sea el mejor de los mundos posibles; para quedarnos en tierra más a gusto y darle unas vacaciones a la divagación.
Es cierto, en las rupturas hay frases que se graban a fuego y, aunque para quien las piensa no son más que justificaciones para salir del paso, se graban por que revelan cosas de uno mismo que normalmente no podemos ver. Puede que eso sea lo más productivo, replantearte quién eres y qué quieres. Cómo será la individualidad ahora y cómo bailas siendo parte de un dúo.
Yo ya no tengo iconos que representen esas canciones en mi mundo. Si aparece alguno rescatado de la memoria, no tiene significado. Y realmente me alegra esa realidad. Llevaba años escuchando a gente recomendarme esa tregua, pero debía esperar a empacharme para llegar a este agradable vacío del convaleciente, al hambre orquestada como una sinfonía, a la magnífica amargura de un café solo.

Aún reconociéndome humana, aún deseando dar amor; el concepto de enamorar me resulta irreal, más bien inimaginable. Este es uno de los pocos casos en que solo la realidad puede lanzar la piedra a la imaginación.

sábado, 18 de agosto de 2012

Stupid egoless queen of hearts


scream you have dry mouth
when you're overwhelmed
tell stories to fascinate
talented guys
wishing to rely on their muse
and you dance like a nymph
full of lies
obsolete gestures
preparing your exit
Running your duplex
and what you get from him

is what you give to your toy shift
Will you ever get tired?
Will you stop and look your lips bleeding empty?



You do not know who he is
because while he loved you

You close your eyes and thought about your love
But you must know that I told your toy
worth more than you ever will see
You are who loose
and who continues in the mud of consciousness

like out of a roller coaster
I'm picking up the pieces that you broke
shattered soul is you.



lunes, 13 de agosto de 2012

Feliz viaje, días que vendrán.

Ayer recordé a Horacio. De pronto descubrí que ya no tenía ninguna forma de contacto con él, cosa extraña en estos tiempos. Sólo era posible una forma de contactar muy indirecta, y la ocasión no merecía tal esfuerzo. Era simple curiosidad, una pregunta planteada en la que imaginé qué respondería él.
De pronto, también, me di cuenta de que teníamos en común algo que no vi (o no recuerdo haber visto) en su momento: ambos somos maniáticos de la calma casera. Hacemos de nuestro espacio un imperio, sólo compartido con personas a las que decidimos abrir nuestro mundo en algún momento.
Establecemos nuestro orden, nuestro propio ritmo y renunciar a las pequeñas costumbres es un mal innecesario.
Lo cierto es que el único motivo para renunciar a ese orden privado era una cuestión moral.
Es decir, una situación en la que no renunciar a esas cosas nos mataría de culpa. Conservo ese criterio pero soy inflexible en otros, como convivir con cualquier persona que aleatoriamente me toque.
Pero el planteamiento de la mayoría es contrario. No le importaría convivir con desconocidos, y sin embargo, aceptar una circunstancia obligada por los principios básicos les resulta inaceptable. Ellos son políticamente tolerantes, éticamente chapuceros.
¿Qué ha cambiado en el último año? Una seguridad sostenida en los neurotransmisores, que no quisiera recuperar, es ahora una armonía con el equilibrio cósmico pasmosa para mi anterior insatisfacción. Porque es cierto que he pisoteado algunas imposibilidades, tenté a la suerte dos veces: una me sonrió y la otra me dio una bofetada.
Y por una vez me dije "sí" sin pensar en expectativas, aquello se evaporó igualmente, pero la diferencia es que no enraizó y no hubo herida alguna porque no dejé que calara ningún futuro incierto en mis venas.
Sin embargo, tengo una certeza sin fundamento. Simplemente ocurrirá, y el ahora es un mientras tanto absolutamente exprimido por mi metabolismo.
Uno aprende a convivir con sus fantasmas. A saludarlos por las mañanas e ignorarlos adecuadamente. Puede que a dialogar con ellos en algún momento. Somos vecinos al fin y al cabo.
También se aprende a decidir más rápido ante un dejà vu, y a aceptar que siempre nos seguirá paralizando la voz algunas pequeñas cosas. Esforzarse lo suficiente, con sutileza, y esperar pacientemente el resultado.
No buscar un libro de recetas ni una guía de viaje, confiar en la improvisación y en los blocs de notas.
Ante posible cansancio, recordar la satisfacción de lo recién logrado.
Nada más por el momento. Feliz viaje, días que vendrán.

domingo, 29 de julio de 2012

For people who say that life sucks

Everybody has their shits and if someone hasn't mental rubbish, will create it.
We need shit for being humans, for fight, for change something.
The thing is that I opted for coexist with my mental rubbish, because I don't want spend my time being angry with myself and project it to the world.
Because life is too fast to spend it. Not too short or too long. Just fast.

sábado, 7 de julio de 2012

El gigante de arena


El objetivo de este ensayo es plantear una respuesta a la cuestión de cuándo corrompe el poder. Tomando elementos tema sobre el poder y ejemplificándolos  en la obra "Rebelión en la granja" de G. Orwell, argumentaré una hipótesis que responde a la pregunta inicial: El poder, cuando corrompe, lo hace progresivamente.
Titulo este ensayo "El gigante de arena" por las palabras de un personaje del libro con poco protagonismo pero sabias palabras, Benjamin. Este personaje se negaba a entusiasmarse con los cambios porque “los burros vivían mucho tiempo”. La idea subyacente es que el poder no es eterno, y que toda forma de ejercerlo acaba cayendo (aun siendo sustituida por otra), como un gigante hecho de arena que puede ser sacudido por un oleaje (una reacción contra él).
1.                  “Paso a paso”
Esta expresión asociada a Maquiavelo muestra la estrategia de adquisición de poder en la que una persona o una institución van tomando el control en diferentes ámbitos, dentro de una secuencia temporal. Este proceso está claramente reflejado en la obra de Orwell, y en el plano histórico, podemos extrapolarlo a muchas revoluciones que han terminado tergiversadas en dictaduras; en poderes absolutos que han eclipsado un deseo de libertad a través de justificaciones. En la obra, la primera “justificación” que encontramos tras la rebelión, es que siendo los cerdos más inteligentes que los demás animales, éstos deben dedicarse a proponer resoluciones, y acaban teniendo cada vez más privilegios una vez que se ha producido la división jerárquica (y justificada) para ejercer el poder. Poder que primero se limita en que los cerdos propongan ideas y acaba siendo totalitario. Así, la consecución del poder no es disruptiva para los subordinados, no se sienten explícitamente amenazados por el poder, y ceden a ese “apoderamiento”. Las personas no son poderosas por sí mismas, son las relaciones de poder, consentidas (incluso inconscientemente) por quien acata el poder.
En el caso de los cerdos como élite en la granja, vemos como asumen el papel de inculcar a los demás las ideas del Viejo Mayor y de organizar al grupo tras la rebelión, produciéndose una profecía autocumplida: si los animales aceptan su incompetencia frente a los cerdos, acaban aceptando que éstos merezcan ciertos privilegios, cada vez más. Empezando por que ellos se quedan con las manzanas “por la felicidad de todos” (un hecho poco significativo) hasta el punto de cambiar los mandamientos iniciales, limitando los derechos de los animales y aumentando los suyos: “Todos los animales son iguales, pero algunos más que otros”. Este absolutismo progresivo del poder se individualiza en la figura de Napoleón. Cuando aún hay debates para tomar decisiones y se enfrenta a Snowball, no presenta un plan propio, sino que espera a que su opositor dé un paso en falso para provocar su expulsión, distorsionar lo sucedido, y afianzar su liderazgo demonizando a Snowball. Entonces, volvemos al “apoderamiento” y a la profecía autocumplida: ante esta limitación de los derechos, al estar trabajando como esclavos pero felices por un gran proyecto que elevaría al grupo a la gloria y el éxito, el líder debía estar en lo cierto, debía saber qué era lo mejor y tenía sus vidas en las manos. Porque, eso lo daban por seguro, por duro que fuese el trabajo nunca podría ser peor que antes (con Jones). Para mantener este triunfo, debían mostrar respeto al líder, éste necesitaba lujos para ser “digno” de cara al exterior; y la identificación con el grupo y sus normas, y la motivación por sus proyectos se tornan una cuestión de supervivencia por la que anular la voluntad individual. 
2.                  La fragilidad del poder
Como expresaba el personaje de Benjamin, “las cosas nunca fueron, ni podían ser, mucho mejor o peor; el hambre, la opresión y el desengaño ”.  El poder no puede llegar a ser absoluto, por existir a base de relaciones de poder, ni eterno, por tratarse de relaciones dinámicas entre un conjunto de personas y unas circunstancias cambiantes.
El poder conlleva la dependencia  e influencia mutuas entre quien tiene el poder y quien lo acata. Sabemos que la legitimidad es necesaria para que haya autoridad en la fuente de poder, que el líder va a tener una tendencia dominante para ser capaz de llevar la responsabilidad que el poder conlleva, y que el estatus va a ser sinónimo de respeto y raramente va a conservarse por la fuerza. Este es el punto débil del poder. Si es necesario que una fuente de poder (Napoleón en este caso) haga uso del mismo, es en una situación en la que los subordinados desobedecen y no siguen las directrices del líder. La fragilidad del poder es verse obligado a oprimir, imponerse, a limitar la voluntad de los subordinados, para mantenerse. Pero precisamente esta rigidez buscada por el poder es lo que más hace reaccionar a quien lo está sufriendo.
La primera carta que puede jugar el poder, es dar un motivo de pertenencia a quienes estarán bajo él. No es un fenómeno deliberado, sino que se va haciendo uso de él conforme la persona poderosa va percibiendo que lo puede ser. En principio, se establecen unos mandamientos para que haya unos derechos y obligaciones básicos, pero se van cambiando conforme Napoleón comprueba que puede hacerlo. Además, para los animales más ignorantes los mandamientos se simplifican a uno, pero eso da lugar a una ambigüedad en la que todo vale, y cualquier decisión por parte del poder puede ser aceptada.
El tipo de poder que tiene al principio Snowball es de referencia (los demás se identifican con él, tienen en cuenta su opinión y lo respetan) y, en cierta forma, de experto (confían en su criterio, ya que tiene más conocimientos que otros animales de la granja). Sin embargo, Napoleón toma el poder a través de un golpe de estado “encubierto”, ya que hace creer a los demás que Snowball ha huido, y forma entorno a ello toda una amenaza conspiratoria que utiliza cada vez que hay cierta disidencia dentro de la granja. Napoleón tiene un tipo de poder coercitivo y de recompensas: los subordinados dependen de las consecuencias de haberse dejado influir, y una vez que han cedido, rebelarse puede costarles incluso la vida. Las recompensas son más un espejismo que una realidad, ya que cuando los animales expresan su disgusto con frases como “menos cifras y más comida”, o su desesperación pensando “que existiera un mundo más justo en otra parte”; la élite recurre a la cortina de humo, a desfiguran el pasado y la vida en el exterior para dar a entender que están en el mejor mundo posible.

3.      La distorsión
La falta de libertad y el hambre son los factores que más pueden precipitar una rebelión.  Cuando la vida es sólo miseria y esclavitud,  quienes se plantean si ese es el orden natural de las cosas, piensan cómo debería ser, y cómo sería posible.
En el proceso gradual de adquisición de poder, puede que la distorsión de la percepción (en un sentido más emocional) y de la información (en uno más cognitivo), sea el elemento que más pesa . ¿Cómo si no iba a permitir un grupo que sus deseos de prosperidad deriven de nuevo en miseria? Cuando los individuos están identificados con las ideas que el grupo defiende, y hay acontecimientos trascendentales que los unen (como la expulsión de Jones o la batalla del establo), surge la categorización grupal y la comparación con un exogrupo. Por eso, tener una imagen negativa del exterior aumenta el autoconcepto del grupo, aunque esa imagen sea falsa y la aversión hacia el exogrupo también (negociando con él por intereses por encima de los principios ideológicos). Napoleón primero demoniza al enemigo (las granjas vecinas dirigidas por humanos), luego explica un buen motivo por el que unirse a uno de ellos en contra del otro, jugando continuamente con la idea de la lealtad y la demostración de la propia fortaleza.
El añadir excepciones a los mandamientos también es una forma de distorsión sutil para ganar poder. Borrarlos directamente sería demasiado evidente, provocaría una reacción contundente por parte de los demás, Y aun así, si alguien advierte ese ligero cambio, el portavoz del poder les convencerá de que eso fue así siempre, de que nada ha cambiado y es mejor que antes. Consigue el silencio, la adhesión y la estabilidad del grupo; modificando la historia y la memoria histórica.  Y así, los animales olvidan el origen de la rebelión como precio por la supervivencia. 
Conclusión
Para concluir, como muestra el estudio de Fast (2009), el poder asociado con la incompetencia puede aumentar la agresividad;  y con ello retomo una idea expuesta antes: quien realmente tiene un poder estable y legítimo, no tiene porqué ejercerlo. Evidentemente, las condiciones en que un poder puede conservarse así de “sano” es repartiéndolo entre varias personas u organismos de poder, una separación de poderes como alternativo al absolutismo (recordando a Montesquieu).
Lo cierto es que ni siquiera una democracia con reparto del poder entre sus miembros, con un líder elegido por consenso, se libra de la coerción, del manejo de intereses personales a través del poder, en una versión mucho más sutil en un mundo inundado por la información y sus múltiples filos.
Cuando el mecanismo de tomar el poder por la fuerza (golpes de estado, invasiones, guerras) no resulta válido, se han acabado ideando otras formas menos invasivas. En la analogía de la historia de Orwell con el régimen comunista de la Unión soviética, fue una dictadura del proletariado que se quedó en dictadura, y la propaganda política y el filtro respecto al exterior jugaron un papel importante. En nuestros días, las personas más poderosas parecen ser las que manejan las grandes empresas, que todos conocemos, que crean incluso una especie de identidad y estatus, y en las que podemos percibir, un mismo concepto de poder, envuelto en los mismos mecanismos psicológicos, pero en una apariencia totalmente distinta según en momento y el lugar en que surja. 

lunes, 25 de junio de 2012

Euterpe

Creo tener varios elementos de la ecuación.
Pero no tengo las coordenadas espacio-temporales, ni muchas otras variables que mi alcance epistemológico no cubre.
Ni siquiera estoy segura de que existe tal ecuación.
De algo tengo certeza: somos una recopilación de tiempo en el presente. Somos el superviviente de todo un huracán de días. Piensa en el momento en que te diriges al sitio donde vas a encontrarte con alguien. Alguien que apenas conoces pero intuyes que está dando la primera pisada para dejar su huella en tu memoria. Por el camino parece que hiciera un inventario del material vital que llevamos encima: historias, miedos, ingenio, manías.
Esta no es una historia de supervivencia épica. Es una historia sobre la cotidiana búsqueda del desorientado Hombre libre, su tragedia con el miedo a la felicidad (no vaya a venir a envenenarla de frustración).
No es cuestión de tener poco para saber valorarlo. Es cuestión de valorar ciertas cosas que llenen el espacio introspectivo que podamos percibir, y ser capaces de enredarlas a la vida.
Es la historia de aprender a desprenderse con facilidad de lo que no llega a arraigar en los pulmones, ni a deslizarse por el lóbulo temporal. A veces no amamos a la persona o la circunstancia, sino lo que creemos ser con ella. Y nos cuesta ver que que ya somos quienes podamos llegar a ser por nosotros mismos, y después compartirlo con la persona o disfrutarlo en la circunstancia deseada (como un músico tocando en el Royal Albert Hall o un pintor restaurando la Capilla sixtina).
Intentemos desligar la expectativa de la posibilidad, y reconocer que dar por hecho lo deseado es una enajenación mental, como el sueño. Es un peso necesario para equilibrar la balanza entre los oasis y la solidez del presente. Me gusta inspeccionar su textura, en vez de aumentar mi miopía descifrando las olas del desconcierto.
Esta es la historia de lo que no fue.
Simplemente para que sea (insólido e ingrávido) en alguna parte de la imaginación.
Ahora comprendo a quienes escriben historias de ficción. No necesitan escribir sobre ellos mismos. Yo ya no lo necesito. Voy a obviar las metáforas y completar las vacuidades con los montajes de mi mente.

domingo, 3 de junio de 2012

Radiografía de una demencia

Está descansando. De la vida, del tiempo, de los días.
Del ruido y de la gente. De los pensamientos y la lógica.
Está descansando del lenguaje. De la paciencia. De las noticias.
Pero parece triste. Sin angustia ni risa. Mustia.
Parece que esperara, despreocupada y altiva ante la deriva.
Con una indiferencia cargada de rabia.
Puede que ni siquiera le sentara bien la alegría, sólo la calma.
El único momento en que se puede no desear nada, y seguir vivo.
Pero es el resultado de que de las eternas dicotomías agoten de decisiones, ahora no tiene que elegir nada.
Sólo dejarlas pasar, y observarlas con una sorna sin gestos.
Está doblada en el sofá. Es una marioneta a la que le han soltado los hilos. No tiene caos, ni busca su geometría.

martes, 22 de mayo de 2012

Recuerdo solitario

Ariana piensa como yo escribía.
Ariana es la pasión de mi calma.
El presente es el resultado de una eterna metamorfosis.
Ariana es una vieja amiga de la que te distancias cuando dejas de compartir con ella tu cosmovisión, tu futuro, tus días.
Ha cumplido un ciclo, y ha sido catapulta, a veces una fosa, o una bicicleta.
Un abrazo o un altavoz de mi mente.
Ariana habitaba en los suburbios pero conocía muy bien el resto del paraje, era una exigente arquitecta y una consejera impaciente.
Era tan niña que creía encontrar las soluciones en la melancolía.
Llevaba tanto el rock en las venas que creía en la vitalidad de la destrucción.
Es lo único que sigo haciendo con ella, hasta que mete un pie en el agujero negro, y yo vuelvo a conectar mis sentidos al mundo.

sábado, 21 de abril de 2012

El sueño de Ariadna

Sueña, Ariadna. Teseo ya se ha ido, pero sigue soñando el mejor de los mundos posibles. Sonríe. Vívelo.
La vida puede ser mucho mejor.

Fueron saltos temporales de la lluvia dialogando con su soledad, a través del paraguas que la cubría; a la mesa del café, con un libro y una tónica, pegando a las páginas la cuestión de qué ofensa pudo haberle hecho al silencio; y al final del día, la invitación a un vino acompañado de unas palabras al oído: prueba suficiente de su propia existencia y su capacidad de atraer aún viva. Dionisos compraba su abandono.

Hoy, 353 días después, su alegría no tiene origen, ni es una máscara. Es el salvavidas que no soltará ni en vendavales ni en mareas altas. Es confianza en los sentidos y en las sensaciones. Es la certeza de que sigue absolutamente viva. Alegría de saber que puede disolverse la pesadez en el rojo de una copa chocando con otra. Algo que ya conoció hace mucho tiempo, pero fue redescubierto como si de otro mundo viniera y, por ello, era maravilloso. Ariadna desenterró un tesoro de esos labios: un simple cambio de mirada y provoca una sonrisa voraz en Dionisos, y se sabe la autora y siente una alegría mimética entre ella y el dueño de la sonrisa.

viernes, 30 de marzo de 2012

Un ciudadano errático

César no existe. No le encontrareis en ningún lugar de la Tierra. En ninguna lápida, en ningún censo municipal ni en ningún libro de Historia.
César sólo existe en mi mente, existe levemente. Cuando nació era poderoso e imparable, tanto como carismático e inteligente. Conquistó mi alma y mi cuerpo, lo invadió todo. Por eso lo llamé César, debía tener nombre de emperador.
Lo cierto es que César existe parcialmente en un hombre: mi Calíope, mi fuente de inspiración, del que extraje la vida y las palabras de César; con el que iniciaba conversaciones que acababa con César. Y como mi Calíope era escurridizo y ambiguo, yo interrogaba a César después y él me respondía según mi estado de ánimo u optimismo.
Cada vez ambos se desligaban más, el personaje y la persona, a César lo envolvía de besos allí en mi mente y él se atrevía a ser claro y sincero cuando hipotéticamente me quería, y paseábamos por mundos imaginarios aunque viables.... hasta que ambos tropezábamos con mi Calíope, y la distancia se hacía abismal, y reescribía las palabras de César, y lo recargaba de su poder abrasador si le había dado tiempo de flaquear. Llegaba en el momento exacto para garantizar su representación mental (no sé si voluntariamente, pero parecía saberse mi muso).
Y César enmudecía por el recuerdo aplastante de su original, hasta que yo necesitaba de nuevo volver a fantasear y me reencontraba con César en mi habitación (en un puente dos calles más abajo, en mi mente).
Pero los caminos de César y Calíope se bifurcaron cuando no quedó lugar a la imaginación, cuando necesité algo de verdad y Calíope respondió lo suficiente como para que César perdiera su razón de ser, perdiera solidez su cuerpo y voz su boca.
El abismo con Calíope quedó insalvable por fin, incluso para la fantasía y el deseo, que quedaron de esta orilla, con mi alma y mi cuerpo. Y los pedazos de César, ingrávidos, los recogí en estas páginas. Convertidos en palabras, algo sólidos. Al menos con la posibilidad de ser representación en la mente de otros, o ceniza.

miércoles, 28 de marzo de 2012

ya no, ya no, siendo realaistas y sin paranoias, por ahí no vamos bien. Le doy a las teclas como si fueran un piano y estoy receptiva a lo que venga no importa si un falo o mi camita fuuuuuuuu vaya tela de tentaciones yrecuerdos y todo se envuelve y todo un revival con sorpresas incluiídas y diversión y dessinihbición y ale

domingo, 25 de marzo de 2012

La sabia inocencia

Con los años, los deseos parecen hacerse más terrenales pero complejos, pretendemos transformar el mundo o a los demás o a nosotros mismos; las circunstancias o el pasado.
Con los años, tiene que hacerte aterrizar una pequeña persona que sólo lleva 4 años en el juego de la vida; tiempo suficiente para hacerse algunas preguntas y tener sueños que por su sencillez e imposibilidad, los adultos suelen olvidar (aunque sus sueños puedan ser igual de imposibles). El punto en común es que seguimos construyendo mentalmente la perfección durante toda la vida, pero lo admirable es la convicción con que esta pequeña persona me preguntó dónde encontrar su deseo.
- ¿Dónde puedo encontrar unas alas? - me preguntó.

Unas alas. La pequeña exploradora quería volar. ¿Acaso el escenario se le hacía pequeño, más aún que su propio cuerpo? ¿Imaginaba la emoción vertiginosa de no sostenerse en el suelo, de ser leve, del viento en la cara?
- Bueno, yo puedo enseñarte a volar desde una montaña. Nos ponemos unas alas como de pájaro, saltamos y volaremos un buen rato por encima del bosque. - le respondí.
- Pero, ¿puedo dejarme las alas puestas para siempre?
- Bueno, para dormir sería incómodo, mira cómo duermen los pájaros. Pero de día puedes llevarlas todo el tiempo que quieras.
Y se fue corriendo y riéndose a otro sitio. Ya estaba volando en su imaginación.

lunes, 12 de marzo de 2012

Epistemología, no psicosis

Si una proposición es verdadera, quien la afirma sabe qué está describiendo, pues tiene sentido en la situación en que se ubica, o el estado de cosas del que la proposición es figura. En ella, se construye una situación a modo experimental, para crear el mundo a través de una estructura lógica, formada por afirmaciones con significado que relacionan y refuerzan entre sí. Este andamiaje que se adquiere de forma indirecta, pero uno mismo es quien va construyéndolo para ir asimilando la cultura y la capacidad de comunicación.
Estos ejes que forman el andamiaje, que no necesitan justificación, se dan por establecidos porque han quedado en vías muertas del lenguaje y ahora forman parte del andamiaje de preguntas y respuestas que considerábamos verosímiles. Dan pie a nuestras investigaciones, a la búsqueda de la certeza.
Los pilares comunes encontramos entre Wittgenstein y Lewis, llegan aquí: El fundamentismo defiende que determinados enunciados, emitidos en determinadas circunstancias pueden ser completamente ciertos. Cualquier cosa que afirme apelando a la razón, tendrá un grado de certeza igual o inferior al enunciado mismo que trata de justificar. No tiene sentido preguntarse cómo lo sabemos, ni hablar de justificación. No es que estas creencias estén injustificadas, no tienen justificación porque no pueden ir más allá. Al final de la cadena se encontrarían proposiciones que en realidad no son empíricas. Son el lecho sobre el que discurren las demás creencias.
Es curioso como se complementan las metáforas del edificio y de la red. Bien podíamos imaginar una torre (robusta, hecha de proposiciones como “todo ser humano tiene padres”), envuelta en una gran malla de proposiciones conectadas entre sí (llamándola, por ejemplo, sistema de valores o creencias). ¿Qué la certeza está más cerca del fundamentismo y la creencia del coherentismo? Posiblemente, pero como quedarse con una sola afirmación suele ser algo incompleto, más vale enriquecer los saberes con todos los matices que tengan cabida. 
Se podría decir que Wittgenstein fuese una inspiración para Lewis, en el sentido de que recoge la gran revisión positivista que éste hizo sobre la epistemología, declarando al lenguaje una herramienta para acceder a la realidad y comprenderla. A Lewis se le puede reconocer también el ejercicio revisionista que hace en el “Conocimiento elusivo” al reconocer la función tanto del escepticismo como del fiabilismo en la materia del conocimiento. El conocimiento es escurridizo, efectivamente, pero por ello el escepticismo que acepta se acepta más al pirrónico que al cartesiano: podemos permitirnos la duda cuando estamos hablando de epistemología; y en el entorno cotidiano nos dejamos llevar por la coherencia y el fiabilismo para poder interactuar con el mundo de manera efectiva. ¿Cómo siendo continuamente epistemólogos, podríamos llevar el día a día? Tal y como dijo Wittgenstein, no se puede dudar de todas nuestras creencias simultáneamente, alguna conexión con la realidad debe quedar, algún conocimiento mínimo para no estar flotando en un limbo existencial.

lunes, 5 de marzo de 2012

La idiotez madura

Es la sorpresa al saberse de nuevo capaz de fascinarse por un gesto físicamente común, pero absolutamente mágico ejecutado por una persona en concreto.
No lo responsabilizo del vuelo caprichoso de mis deseos, que sólo quieren unos ojos, una boca, unas manos.
Mi voluntad oscila entre insistir o desistir, en el atrevimiento patético o la retirada de la incertidumbre. Y la valentía o la cobardía son términos que se mezclan y pierden significado, porque sólo cuenta la barrera autoimpuesta de la racionalidad. Esa razón que frena con un ejército de motivos el impulso al abismo de lo sensorial y sentimental, que lo ocupa todo cuando llega y arrincona los pensamientos en la esquina de la dueremevela.
Pero hay que formular un aviso, una petición, algo que indique el deseo inquieto de alcanzar esos labios (los únicos), y de desoír consejos y estampar el tiempo contra la pared de la eternidad del presente. Y es cuando se reaviva la emoción del descubrimiento, la sorpresa por lo que llena los sentidos, el sumergirse en una ola de dulce densidad, de manos enredándose y de la frontera desarmada entre un cuerpo y el otro.
Y entonces, recordar algún sueño y hacerlo sólido en un susurro; y dentro de este micromundo la luz es distinta y la textura de los objetos la ha pintado Monet,y puede sonar la música que vaya al ritmo del baile de la mirada.

domingo, 15 de enero de 2012

Vuelve a tu caja, Pandora

Castillos de palabras, en el aire, condenados a ser eco.
"Love me too times", parece que hubieras susurrado con la mirada cuando me crucé contigo.
Conocerte no fue un tropiezo con la suerte, fue un atropello del cosmos.
No deberías llamarte Behind por estar a mi lado, ni Beyond por trascender más allá de tu propia presencia. Deberías llamarte Fatalidad.
No eres ni una cicatriz en mi piel ni un agujero negro en mi alma, ni mi inconsciente me hace revelaciones ya sobre el significado abstracto de tu persona. Eres un tumor cerebral que extirpar urgentemente.
Ni siquiera mereces el apellido Oliveira, pues no sabes jugar a la Rayuela.
Eres un largo capítulo de mi historia, una civilización de fenómenos mentales, una momia conceptual.
Fuiste piano con los "8mm" de Yann Tiersen; los 8 milímetros abstractos de distancia que siempre has guardado. He utilizado a Porcupine tree para llamarte Puro narcótico y a The Strokes para llamarte Navaja.
La Maldita dulzura de Vetusta Morla.
Al emperador Julio César para plasmar el poder que tuviste sobre mi, de hacerme sentir pequeña ante tu soberanía, a sentirme enorme ante tu cobardía, a estar a punto de llorar de rabia ante tu estúpida presunción de inocencia.
Ya no me importa asustarte al decir que te amé con una fuerza descomunal.
Hay muchas cosas que no había sido capaz de decirte antes, y sólo ahora (cuando ya no las siento) es cuando me veo lo bastante segura como para hacerlo. No pretendo que me respondas, ni que hagas nada, pues contigo no tengo nada que perder. Tan sólo te digo esto porque creo que es la mejor terapia que puedo darte, más que escucharte o aconsejarte en algún momento, creo que el mejor apoyo que se le puede dar a alguien es hacerle saber cuánto significó para ti. Si, además, esa necesidad tuya de mi apoyo era otra pantomima, la terapia será para mi, para vomitar todas las preguntas que mi confusión ha lanzado sobre ti.
Siempre he sido consciente de que debía controlar mis sentimientos, pensar en algo más contigo era una estupidez, y creo haberlo hecho lo mejor posible, seguí mi propio rumbo y aprendí de las experiencias.
Pero siempre justifiqué tus reacciones evasivas y tu intermitencia en que no te dabas cuenta.
Quiero cerrar esta capítulo para aprender de ese gran error que has sido tú. Los errores son necesarios para crecer, no te odio, ni te guardo rencor, simplemente, después de las últimas y esclarecedoras palabras, te quiero lejos de mi tiempo.