Que nosotros cogeremos las riendas de la trascendencia
Nos despegaremos de la esclavitud de la palabra
Hablaremos viviendo con los ojos abiertos
Seguid, seguid lapidando
A los que consideráis peligrosos por vuestra propia ignorancia
Os cuento que más allá de vuestra nublada vista
Hay sensaciones, imágenes, olores y texturas
que os tapan vuestras montañas de basura
Almacenadas para aparentar y no ser
Vuestras risas vacías se perderán en el eco
Pero nosotros, de alguna manera seguiremos
Porque aceptamos la mortalidad
Y lo hicimos girar a nuestra manera
Mi parcela del mundo es un gran tapiz de matices
¿La vuestra que será? ¿La caja blindada de un banco?
Que la disfrutéis, pero cabe tan poca vida ahí dentro…
II. Platonismo
Parece que sin darme cuenta, al empezar a buscar verdades fui escalando esa montaña platónica hasta alcanzar un Mundo de las Ideas propio.
Me maravilló la perfección de ese Sol, que me mostró cuando intuía, y quise quedarme allí, no compartir mi tesoro con nadie. Pero debí entender que no era mi mundo, que debía volver y encontrar en la realidad el reflejo de sus maravillas. Así, a tropezones fue bajando, sintiéndome más humana con cada un o de ellos, a la vez que más cerca a la humana imperfección.
La pequeña tortura de no pertenecer a lo ideal termina en no desearla, en valorar los miles de matices del mundo que el deslumbramiento del Sol no me dejaba ver antes.
"Si un sordo ve a alguien bailar, creerá que es un loco": Hay demasiados con los sentidos tan atrofiados que hacen de la ignorancia su única forma de conocimiento.
III. Eructo mental
Tengo en mis oídos un combate de boxeo entre villancicos de niños del exorcista, en la calle; y Tom Waits con su voz áspera impregnada en nicotina, en los auriculares.
Entonces mi pequeña rebelión interna hace que suba el volumen al máximo. Si me revientan los tímpanos que sea con blues y no con canciones populares que para mi no significan nada.
Se les ve a todos en su felicidad de plástico, en uniformidad encubierta, aparentan tener, aparentan dirigir sus propias vidas, aparentan evadir la muerte con el espejismo del progreso, aparentan que saber lo útil y lo mejor; y lo ajeno les parece excéntrico, distorsionado, antisocial.
El estar fuera de la caverna, se desprende en la soltura de los gestos, en el enfoque de la mirada En que las normas implícitas se escurren por el pelo, que pararse a mirar la Luna o bailar por la calle o reírse solo no es proporcional al nivel de locura, sino al de vitalidad. Y sabiendo que la felicidad pueden ser unos minutos de toda una vida, más vale estar alerta por su fuera precisamente éstos.
Los matices no son contradicciones, son amplitud en el ángulo de visión del mundo: ezclo jazz de los años 20 con metal, y no, no soy bipolar.
Prefiero las salas de cine casi vacías con películas de bajo presupuesto, como si fueran un secreto de pocos testigos.
Las historias desordenadas, que tienen la lógica que quien las descubra les da.
Los libros usados. El arte no caduca, queridos consumidores, y si vienen con notas en los bordes, mejor. Ojalá viniera el manuscrito original, aunque fuera la letra indescifrable de Nietzsche, entre tachones y migrañas.
Sentarse en el suelo bebiendo de la botella, mientras mirando las estrellas soltamos nuestros eructos mentales en forma de coloquios sobre lo complicadas que somos las personas.
No hacen falta 2000 euros al mes para que cada día valga la pena que suene el despertador.
No quiero una familia modelo, sólo que me rodeen personas que me hagan cada vez menos incompleta compartiendo su mundo.
Si la sociedad es como una gran serie de televisión con audiencia de masas que nunca termina, este club clandestino tiene teatro improvisado abierto 24 horas (entrada libre).
Y que viva lo alternativo!
IV. Inclasificables
Sin resignarte a que te marquen el rumbo, ¿qué importa cuántas cuerdas haya que cortar?
Se puede soportar perder muchas cosas, excepto la identidad y la libertad de defenderla.Las miradas de asco ya resultan cómicas, los consejos "por tu bien" se escurren como las gotas de agua en un chubasquero, chistes fáciles y las etiquetas pueden arder en la indiferencia.
Todos nos equivocamos y tenemos algo de razón, pero quien está convencido de tener la razón absoluta, está doblemente equivocado.
Por quien pasan los años y se estanca en una idea que le dieron ya fabricada y empaquetada, dudo que esté descubriendo la vida.
Sinceramente, ya que tenemos que estrellarnos inevitablemente para aprender, prefiero que sea por valentía que por ceguera.
Sin embargo, en sitios "normales" con gente "normal" no te encuentras más que diálogos de sordomudos, donde se acumulan palabras como folios en un archivo olvidado.
Todo cuanto hacemos tiene un sentido, sin ser conscientes de eso y sin disfrutarlo, la vida puede saber a timo.
Puede que no se necesite más que seguir la brújula que llevamos dentro para que, ya que la vida es nuestra, sea únicamente a nuestra manera.
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