¿Cómo explicar esta soledad?
Diría que algo caprichosa, pues se queja en momentos de ánimo subterráneo.
No es una soledad permanente, sólo asoma a fogonazos en los que se proclama como un parásito que ha crecido adosado a mi, que vive de gritarme desde dentro del oído aquello que no parece existir para mi.
El frío la fortalece, el tacto humano la duerme. Entonces, cuando me libra de su presencia, mi soledad sueña con otras soledades dormidas que encuentra a la vuelta de mi sombra, y la comprenden y acompañan como a mi.
Supongo que ya no la aborrezco tanto porque nos parecemos: tenemos el síndrome del medio-existir, que sólo aplacamos saliéndonos de nuestro habitual papel. Ella, del de soledad desolada; yo, del de solitaria con las manos y la sangre heladas.
Sarebbe comunque stupido dire qualcosa in piú. Bell lavoro, mi hai fatto sentire meglio dopo un pomeriggio assurdo. Semplicemente Grazie
ResponderEliminar