lunes, 6 de enero de 2014

Ayer fue domingo

5 de diciembre, para más señas.
Ayer hizo un año que volví contigo, que pasé por tu gran plaza repleta de niños y luces, tirando de la maleta, sonriéndote por tu bienvenida húmeda. Volví, y mi piso estaba empapado de tu cielo plomizo, y me resultó terrorífico y divertido al mismo tiempo.
Ayer fue domingo, y podría haber dado un paseo matinal por la Alameda, haber conversado con los señores que compran el periódico en el quiosco, haber escuchado la banda que toca en la glorieta, con el pan del Preguntoiro caliente en las manos. Habría pasado a las 12 menos 10 por la praza Cervantes para encontrarme con Daniel y planear otra visita a su cama con pretexto de una cerveza en cualquier bar cercano. Comprobaría que las tiendas están cerradas y el campo abierto. Pasearía por la orilla del Sarela o por el puente del Sar.
Las pasteleras del Casal Cotón no me ofrecerían un trozo de capricho de almendra que se reservaban para los turistas, como siempre, y volvería a casa para ver Sons of anarchy, tocar A certain romance.
Metería toda la ropa sucia en la maleta y la llevaría a lavar a la residencia de Daniela; y mientras se lavara la ropa estudiaría en el ancho alfeizar de una ventana que ya bien conocía, con un radiador debajo y toda la luz posible sobre el folio. Hacerse pasar por una residente más era incluso reconfortante, no dudaban de la comodidad con la que me apoderaba de la ventana. Al volver a casa  bailaría todas las canciones de los Strokes cuando anocheciera, tras uno de esos atardeceres de invierno.
Después iría a por la merecida cena. Una bolsa de frutos secos recubiertos de chocolate. Almendras con chocolate blanco, negro y con leche, pistachos, nueces, avellanas, coco rallado y naranja caramelizada. Aventurarse al frío de la noche para ir a por mi botín era una cotidiana hazaña épica, amenizada con un poco de aire que me levantara el pelo y me hiciera apretarme en el abrigo.
La gran plaza vacía y mojada, con un foco al fondo, un tenor solitario en la bóveda cantando Hallelujah. No puedo irme de allí. Es imposible. Y hoy es lunes a 1000 km de la plaza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario