jueves, 9 de junio de 2011

Asociación libre

Allanar paraísos
donde el miedo disfrazado de decepción
pierde la brújula y la cordura.
No digamos que fue un sueño revolucionario,
una utopía extinguida,
un experimento que reitera la idea de que la sociedad no tiene arreglo.
Olvidemos nuestras muertes
 la vida empieza donde la memoria decide.
Maravillas de la semántica: la presencia de la ausencia,
donde no se está
jamás falta la ausencia representando su silencio.
Descafeinado: se dice de aquello que se limita,
que es sin llegar a ser...
vamos, algo que volvería loco a Parménides.
A lo mejor eso de vivir a la deriva,
es una vida descafeinada.
Pensamientos sostenidos por los latidos de las neuronas,
corazones que bombean cada una de las formas
que se tiene de estar vivo.
Curioso mapa es el cerebro.
Sonrío al pensar en todas las neuronas
que disparan sustancias químicas y electricidad como autómatas,
ignorantes de que su función es que yo te reconozca al verte,
ignorantes de que al reconocerte se disparan miles más,
ignorantes de que te amo e ignorantes de lo que significa eso.
Sonrío... qué jodida suerte ser humano.
"Lo bello y lo bestia" inmenso título para una canción, pero
¿Por qué el empeño por encajar
lo hermoso en lo trágico,
en lo oscuramente romántico
o en la decadencia existencialista?
Como armadura contra los posibles golpes
de aprender a caminar por el mundo real.
Reivindico que apostar por los buenos tiempos
no quitan la inspiración (como cuenta la leyenda)
es más bien cambiar de musa
es el despertar donde se trazan
las figuras que soñó la nostalgia
en ese paraíso que acabamos de allanar.

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